Iris parpadeó lentamente y Cedric sonrió suavemente.
—Escuché que era popular, así que lo conseguí. Es posible que lo necesite mi esposa en el futuro.
Cedric dijo en un tono suave y tranquilo.
—Mi regalo es darle a mi esposa una nueva opción.
—…
—Ojalá mi esposa pudiera hacer todo lo que quisiera.
De repente, Iris recordó las huellas del pasado del presente Cedric.
En el pasado, cuando Iris tenía pesadillas, se escapaba a un lugar vacío y se escondía y lloraba.
Y hubo un tiempo en que Cedric la encontró así.
—Iris.
Cedric miró a Iris llorando y no dijo nada por un momento.
—Tu. No tienes que obligarte a sonreír por nadie.
Entonces Cedric se acercó a ella con cautela y la abrazó gentilmente.
—No tienes que trabajar duro, vivir desesperadamente y no tienes que tragarte una lágrima todas las noches.
¿Por qué dijo eso?
No sabia qué demonios sabía y le dijo eso a Iris.
Pero Cedric….
—Por favor. Asi que llora en mis brazos Iris.
Cedric siempre le hacía eso a Iris.
Era increíble que siempre dijera solo palabras amables.
¿Por qué a pesar de la situación en la que había hecho retroceder el tiempo, Cedric no había cambiado en absoluto?
—¿Por que?
—Bien…
Cedric reflexionó por un momento y preguntó con una sonrisa juguetona.
—Quería dárselo a Iris, de 20 años. ¿No es eso suficiente?
Recordando el pasado que ya había desaparecido, Iris sonrió un poco.
Porque prometió hacerlo sonreír una y otra vez si volvía al pasado. Incluso si el no la recordaba.
—No. Es suficiente. gracias.
Iris inclinó levemente la cabeza y acarició suavemente el ramillete con sus manos blancas como si fuera un tesoro.
Los ojos rojos de Cedric brillaron intensamente mientras miraba a Iris.
¿Por qué siempre te ves triste?
Cedric parecía apenado por ella de alguna manera, a pesar de que ella sonreía feliz frente a él.
Ahora que lo pienso, incluso en el campo de entrenamiento fue así.
Iris sonrió feliz, pero a veces parecía muy ansiosa.
Tengo curiosidad por ti.
Pero Cedric sabía instintivamente que la pregunta supondría una carga para Iris.
—Disculpame un momento.
Para Cedric, Iris era muy cariñosa.
—¿Gran, gran duque?
Finalmente, Cedric no pudo soportarlo y abrazó a Iris.
Iris, mucho más pequeña que Cedric, estaba enterrada en sus brazos.
Cedric sabía que Iris no era solo una persona débil.
Era sabia y sabía cómo protegerse. Pero no sabía porqué parecía tan pequeña y frágil.
Cedric se inclinó un poco hacia atrás y frotó su frente contra el delgado cuello de Iris, como si un lobo estuviera coqueteando con su esposa.
