16. Menos presión

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Jos estaba satisfecho con el resultado de su hijo. En definitiva parecía que había aprendido la lección.

El patriarca de la familia Verstappen se acercó hasta su hijo, quién recién quitaba su casco para después retirar la balaclava blanca.

—Hijo, bien hecho —Se le acerca al alfa dominante para después darle una palmada en el hombro — Dentro de poco estarás listo para la carrera de Azerbaiyán — Asevera confiado.

—Claro —Agita su melena rubia.

—Finalmente has entrado en razón y... —El hijo mayor del ex piloto de la F1 le detiene.

—Comprendí mejor las cosas —Argumenta — Entendí que debo ser un hombre frío dentro de la pista — Le dibuja una sonrisa lineal y casi desafiante. Suspiró — Mantendré mi corazón fuera.

—Así se habla, Max —Felicita enorgullecido.

—Pero lo ocuparé estando fuera de la pista —Acomoda el casco debajo de su brazo mientras regresa a esa imperturbable seriedad.

—¿Qué?

—Tú querías que fuera atemorizante en la pista. Lo seré. Lucharé por ser el mejor —Aseveró — Fuiste muy estricto con tus palabras, "dentro de la pista" — Rememora las palabras de su padre.

Jos Verstappen frunce el ceño, comprendiendo finalmente las palabras del menor.

—Seré un piloto y seguiré al pie de la letra tus órdenes, papá. Pero cuando baje del auto seré la persona quién yo quiera ser —Aseveró seguro de sí y tajante. Decidido — No soy una maquina, soy un ser humano y si no comprendes aquello. Entonces no quedará en mí — Se mantuvo firme, aún siendo que podía percibir el aroma agrio de su padre, intensificarse.

—Ese hombre te ha lavado la cabeza.

—No —Respondió — Influyó, pero adelantó lo inevitable — Frunció el ceño. Para ese entonces, algunos ya estaban volteando el rostro para verles.

Un tanto incómodos.

—No es así. Eras un buen hijo y piloto, ahora sólo finges estar interesado en los sentimientos ¡¿qué pasará cuándo te aburras de verle el rostro?! —Regañó sin poder mesurarse.

Jos no le alzaba la voz a su hijo en público, jamás lo había hecho. Pero como dicen, siempre hay una primera ocasión.

—Si por ir en contra de tus órdenes por una ocasión y por mi propio bien, es ser un mal hijo, entonces que lástima Jos —Los zafiros del alfa dominante se muestran un tanto íntimos, dolidos y más brillosos que de costumbre.

Mostrándole el alma a su padre.

—Me relacionaré con Sergio y aquellos que soporte. Carlos y Charles incluidos —Anunció su primer movimiento y decisión.

Y sin preverlo, la grande y pesada mano de Jos Verstappen se impactó en contra de la mejilla nívea de Max. Logrando mover su rostro a un costado por la dureza con la que había sido implantado el golpe, llamando la atención de los presentes y cierto recién llegado.

Sergio entreabrió los labios al presenciar la escena de padre e hijo. Quiso intervenir, pero se mantuvo en su lugar.

—Y cuándo te canses de fingir, no digas que no te lo dije —Y se marchó Jos, dejando a Max allí.

Parado y con las palabras y sentimientos hechos un lío. Sergio quitó su balaclava y agitó su cabello mientras se acercaba a Max, haciéndoles una seña a los del Paddock para que siguieran haciendo lo suyo y evitaran mantener clavada su mirada en el neerlandés.

Max posó su mano en su mejilla un poco rojiza.

Max —Llamó quedo.

El más alto le observó.

—¿Hm? —Intentó actuar con normalidad y como si Jos no le hubiese dejado avergonzado.

—Vamos a los vestidores —Ofreció.

Max asintió. Después de todo habían acabado con el entrenamiento y tenían que ir a quitarse el sudor de encima.

Amores EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora