48. Cambio (2:2)

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—"Pudieron haber discutido".

La voz femenina y con un extraño acento se escucha demasiado lejos, apenas si entendible. Pero Sergio es capaz de salir de su descanso.

—¿Quiénes? —Habló por inercia en español.

Sergio se reincorporó con cansancio, observó a ambos sujetos parados a unos metros de distancia, como si intentasen no despertarlo o que les escuchara. Intento fallido, pensó el mexicano.

—¿Puedo acercarme? —Encuestó Fénix al omega, quien un poco confundido y atolondrado aceptó. La doctora llevó su mirada hacia el alfa, ahora buscando su aprobación mediante el silencio.

Max asintió cauteloso.

La doctora se acercó hasta el piloto tapatío, sentándose en la orilla de la cama y pálmenos su pierna.

—¿Cómo te sientes? —Cuestionó.

—Bien, supongo —Sergio se encogió de hombros. En realidad, no sabía cómo se sentía.

—¿Qué hay del dolor? —Hizo una pequeña pausa — Max me puso al tanto... mencionó que sentías calor en tu interior, ¿puedes decirme exactamente qué percibiste? — Fénix incentivo a su compatriota a que le diera los detalles de sus síntomas previos.

Sergio sintió las mejillas entibiarse, dirigiendo su visión hacia Max, quien la mantuvo en él de manera escrupulosa y silenciosa.

—Creí tener fiebre, sentía todo mi cuerpo demasiado caliente —Volvió a encogerse de hombros — Tuve cosquilleos a la altura de mi vientre, pero se transformaron en pinchazos y calambres. Eso fue lo peor. Pero dolor, específicamente, no — Explicó Pérez a Fénix.

—¿Fue constante?

Sergio asintió.

—¿Y el calor?

—Sí, duró todo el tiempo. Al menos hasta que Max me mordió por segunda ocasión —Puso al tanto a la mexicana.

—¿Puedes descubrirte el abdomen? Únicamente es para descartar —Sonrió amable.

Sergio asintió, levantó la playera (que supuso era de Max) y se recostó para permitir que Fénix le explorara. Inmediatamente, después de colocarse los guantes que llevaba consigo y palpar el abdomen de su compatriota y descartara posibles diagnósticos, fue que la simple idea de realizarle nuevos estudios llegó a su cabeza.

—Pediré a la escudería que te realicen laboratorios —Quitó los guantes y cubrió el abdomen del omega — No hay nada por lo que alarmarse, y si mis cuentas no fallan Checo — Fénix no es capaz de ocultar su sonrisa — Estarías cumpliendo tu primer trimestre — Anuncia.

Un mes.

Un mes

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Amores EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora