59. Verano (2:2)

7K 352 1K
                                    

—Me sorprende.

—En su principio, también a mí. Después de analizarlo mejor, me di cuenta que ella tenía sus razones para no molestarse —Explicó simple — A veces me cuesta creer lo olvidadizo y descuidado que eres — Se sinceró, riéndose de la desgracia de su hermano menor. Alivianando el tenso ambiente que se había generado a través de la llamada.

Sergio suspiró, rendido. Sí, a mí también me cuesta creerlo, sopesó el mexicano en silencio.

—Hablaré con ellos en el transcurso de la semana, Paola —Aseguró tranquilo — Gracias por el favor.

—Sin problemas, hermanito —Respondió neutral, reservando su alegría únicamente para ella — Por cierto...

—¿Hm?

—Tienes que cargarte tú sólo a Antonio, está terco con el que te quiere ir a visitar —Le puso al tanto, advirtiéndole de las intenciones del mayor de los tres Pérez Mendoza.

—Ese cabrón se pondrá de territorial, Paola —Emitió un sonido angustiado.

—¿Crees qué no lo sé? Toño seguirá negándolo hasta su último día pero ¿quién crees qué te espantaba a los pretendientes hasta que te fuiste de casa? —Recordó, exponiendo a su hermano con el menor de los tres — Hasta a los amigos les metía miedo.

—Hijo de puta, y yo que creí que era un bicho raro —Hizo un puchero, entre indignado, divertido y entretenido por lo recientemente descubierto.

El omega dominante acarició su cuello con enajenación, deslizando sus dedos por la marca. Observando a través de la ventana de la sala principal.

—No le digas que te lo mencioné, Checo —Demandó amenazante.

Sergio sonrió.

—No soy un soplón, Paola.

Eso era cierto.

—Quizás no, pero sabes muy bien jugar tus cartas para que descubran al soplón sin soltar una sola palabra. Así que no me eches de cabeza —Soltó una risilla.

—Trato.

—Perfecto.

—Hablamos después —Recordó.

—Sí, pequeño omega.

Checo soltó una risilla avergonzada.

—Adiós, Pao.

—Adiós, Checo.

Concluyeron la llamada. Sergio apartó el celular de su oreja, observó la pantalla y dejó que se apagara por sí solo.

—¿Todo en orden?

Sergio giró sobre sus talones, encarando al hombre con el que actualmente compartía vivienda. El omega dominante asintió, quitando su mano de su marca y dejando a un lado y sobre la mesa más cercana su celular.

—¿Y Christian?

—Aparte de ponerme al tanto de sus vacaciones, me dio algunos consejos y manda saludos —Respondió. Sonriendo dulcemente — Torger, Susie y Geri también te mandan saludos — Se encaminó hacia Sergio mientras mencionaba esto.

Pérez ríe un poco. Elevando sus brazos y posándolos sobre los hombros de Verstappen, enrollándolos con naturalidad.

—¿Están pasando las vacaciones juntos? —La genuina sonrisa que hace sobre su rostro, no se borra.

—Christian invitó a Geri y Susie a su granja —Mencionó. Tomando a Checo de la cintura — Geri me advirtió sobre tu cuidado, y que esperaba que, ahora que vivimos juntos le disminuyera a mi energía contigo — Esbozó una amplia y boba sonrisa radiante.

Amores EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora