¡Qué loco!

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Los cantos de los pajaritos en el exterior retumbaban en mi cabeza como si estuviesen dentro de mi habitación. Si soy sincera, no recuerdo lo más mínimo de lo que sucedió anoche. Mis recuerdos más latentes son llegando a casa con Pietro, Loki y la chica del bar. Tiene nombre, se llama Natasha, pero decirle "la chica del bar" es mucho más gracioso. Estiré mis brazos, haciendo ruidos bastante extraños, pero es mi manera de empezar las mañanas, si no lo hago, probablemente esté malhumorada todo el día. Al bajar un poco mi brazo, chocó con algo duro debajo de las cobijas. Abrí los ojos de golpe, asustada moví la cobija dejando ver la espalda desnuda de... ¿La chica del bar?

Lancé la cobija sobre ella y salí corriendo tropezándome con las piezas de ropa que habían en el suelo. Me detuve frente al espejo, tenía su camisa puesta, me quedaba algo grande.

¿Qué coños?

Abrí la puerta de la habitación, encontrándome con un desorden desastroso. Loki tirado en la barra de la cocina, semidesnudo y con brillantinas a su alrededor. Por otro lado estaba Pietro, dormido en el suelo, cerca del sillón de la sala de estar. Tenía su pijama puesta, pero a su alrededor habían más de trescientos vasos rojos, apuesto que es una broma de Loki. Solo espero que ninguno de esos vasos contenga algún líquido. Estaba desesperada por levantarlos y preguntarles qué hicimos anoche, pero estaba completamente asustada de las respuestas que obtendría.  Varias veces traté de levantar a Loki, pero la consistencia pegajosa que tenía en todo el cuerpo me daba asco, y tratar de despertar a Pietro sin tumbar un solo vaso era un deporte extremo al que no quería jugar a estas horas de la mañana.

— Wanda -respiré profundo antes de continuar con mi discurso motivaciónal- Tienes súper poderes, puedes arreglar esto. Solo mantén la calma.

— ¿Quién tiene súper poderes? -di un salto al escuchar su voz somnolienta a mis espaldas, suena un poco más ronca de lo normal.

Sin pensarlo dos veces moví mi dedo disimuladamente haciéndola caer en un sueño profundo. Todo esto es culpa de estos dos salvajes. A estas alturas, me estoy convirtiendo en Pietro, toda preocupada porque descubran nuestro secreto. No sé cómo pudo ser tan descuidado. Todo esto es su culpa.

— Y tuya también -la voz de un adolorido Pietro me sacó de mis pensamientos- ¡Línea directa! -alzó su brazo, solo pude verlo por encima del sillón y luego desapareció- Es tu culpa también.

— Pietro, hay una chica semi desnuda en mi habitación, a la que tuve que poner a dormir porque me acaba de escuchar diciendo que tenemos súper poderes -mis palabras salían como balbuceos de lo rápido que estaba hablando, estaba desesperada- ¿Por qué está en mi cama?

— ¿No te acuerdas de nada? -se puso de pie observando el montón de vasos a su alrededor- Loki -rodó los ojos en forma de fastidio, pero con una sonrisa tonta en el rostro- Le haremos creer que fue un sueño -terminó como si eso fuera lo más normal del mundo.

— ¿Pero qué tonterías dices? -fruncí el ceño en manera de protesta, pero luego de pensarlo un poco, su locura de idea hacía sentido.

— Puedes hacerlo tú o puedo levantar a Loki, seguramente el... -comencé a mover mis manos, los vasos al rededor de Pietro entraron en el bote de basura, las brillantinas al rededor de Loki se esparcieron por todo el lugar, pero Pietro ayudó con ello y mientras terminaba de acomodar todo de manera presentable, Pietro estaba intentando levantar a Loki- Eso es algo que no podré arreglar -Loki lleno de baba y brillantinas en la comisura de sus labios, los pelos negros hechos un moño alto mal hecho y los ojos salidos de órbita, es algo que no me dejará dormir en las noches.

— Ya que todo está en orden, ¿me pueden explicar qué sucedió anoche? -señalé la puerta de mi habitación, donde plácidamente dormía la rubia del bar- ¿Cómo es posible que esté desnuda en mi habitación?

LA CHEF Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora