— Hay otra cosa -mi madre se puso de pie, estaba muy nerviosa- En el momento que comencé a borrar sus recuerdos, noté que algunos estaban bloqueados.
— ¡Nunca mencionaste eso! -evidente la molestia de mi abuela.
— ¿Alguien intentó bloquear sus recuerdos de pequeña?
— Eso me temo, cariño.
— ¡Puede ser una bruja!
El saber que Natasha podía ser una bruja me llenaba un poquito de ilusión el corazón, hasta que recordaba que debía ser una bruja muy inútil como para no protegerse, no es que sea muy sencillo borrar las memorias de una bruja, es un trabajo arduo, pero no imposible para una bruja con alto calibre. No podía ser una bruja, fue muy sencillo para mi madre remover sus recuerdos, pero eso podría ser explicado por el bloqueo, según lo que explicó mi abuela el no saber que es una bruja hace que sea más débil. Si es que lo es.
¿Qué demonios eres?
Estuvimos toda la noche debatiendo si debíamos devolverle sus recuerdos e intentar desbloquear los demás. Mi abuela insistió y mantuvo firme en que no es buena idea, entendía que había sido una bruja muy antigua y que esto podía empeorar las cosas en vez de repararlas. Incluso hablamos del ritual en uno de sus recuerdos, mi abuela había analizado esto con todos los ancianos del aquelarre, concordaron que eran ruinas antiguas y que en algún lugar debía haber un libro con su significado. Al menos me sentía incluida en toda esta locura, no logro entender en qué momento esto implica mis poderes y quién posee tanto poder como para bloquear los recuerdos de Natasha, pero con cada día que pasa, se vuelve más intenso, y yo sigo sin reclamar y entender mi poder.
Llegué a la universidad temprano, quería intentar que Natasha me hablara más sobre lo que había encontrado de la profecía. La parte de la profecía que mi abuela poseía no mencionaba nada de sacrificios para levantar el velo. ¿Cuál es el propósito de levantar el velo? Por cientos de años hemos vivido separados, no creo que sea buen momento en que nuestros mundos colisionen. No estamos preparados. Asomé la cabeza hacia el salón, estaba vacío. Caminé hasta el almacén, Natasha no llevaba su filipina. Su cabello no estaba peinado y encima de la mesa había una lata de cerveza.
— Nat... -la llamé intentando no exaltarla.
— ¿Ya es hora de la clase? -sus ojos estaban apagados, bastante cansados. Estaba hecha un desastre.
— Solo quería saber cómo estabas... sé que estos días no han sido fáciles para ti y que...
— Todo está bien, Wanda. Gracias por preocuparte -me interrumpió y continuó con su conteo.
— Solo quiero ayudarte.
— Eso no fue lo que parecía cuando te conté sobre los libros. Todas mis teorías e ideas me haces creer que estoy loca -rió por la nariz, molesta- y sí, lo parece. Llevo días sin bañarme, bebiendo cerveza barata, y fumando cigarrillos como chimenea pero... ¡estoy cien por ciento segura de que....ahhhh! -cayó al suelo temblando de dolor.
Corrí a su lado tirando mis cosas, sus ojos estaban envueltos en escarlata. Mi collar tintineaba sin parar, era como si Natasha lo estuviese llamando. ¿Está llamando mi magia? Arranqué el collar y comencé a encantar para deshacer el hechizo. Esto me dolerá. Con cada palabra sentía mi piel arder, hace mucho no sentía tanto poder recorrer mis venas, es un total desconocido que invade mi cuerpo. El color escarlata envolvía mis dedos, cuando toda la magia dejó el collar y ya no poseía el mismo brillo rojizo brillante, en segundos unas grietas aparecieron, tiré el collar un lado y comencé a encantar para aliviar su dolor. Era lo más que podía hacer por ella. La dejé dormida donde sabía que no podía sentir nada, cuando me disponía a llamar a mi abuela, quien ya debía saber que rompí su amuleto, Yelena estaba congelada en la puerta sin moverse, estaba en shock.
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LA CHEF Y YO
Fanfic- Wanda -intentó tomar mi mano, pero me zafé de su agarre. - Chef Romanoff -subí al tren sin mirarla, hasta que busqué un asiento. Enterré mi rostro en la palma de mis manos intentando ocultar las lágrimas que inevitablemente salieron sin ser llamad...