Recuerdo

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Los nervios que sentía al comenzar la competencia habían desaparecido, recordar los tiempos donde todo era más sencillo me brindó un estado de tranquilidad que era justo y necesario. Observé el plato de Natasha, un solo pastel de chocolate decorado con frutos frescos y hojas de menta. En ese mismo instante giró a mirar el mío, los ojos se le salieron de orbita cuando vio que había hecho un pastel entero. Unos segundos más tarde, los profesores desfilaron por una cortina improvisada que hicieron mis compañeros para que no vieran quien confeccionó que plato.

Explicamos a Yelena para que describiera nuestros platos. Los chefs ya habían deliberado, y mis compañeros quitaron la cortina. Parecían algo confundidos al mirar a Natasha, creo que ha ganado ella.

— Alumnos, profesores... ¡Bienvenidos a nuestra primera competencia! -se ha tomado muy en serio ser la presentadora, sus ojitos brillaron cuando miró el papel donde estaban los resultados- Por decisión unánime, la ganadora es.....¡no sean necios, hagan redoble! -se quejó mirando a todos, y luego todos comenzaron a golpear las mesas- ¡Wanda Maximoff!

— ¿Qué? -Natasha y yo dijimos a la vez.

Yelena corrió a abrazarme, no logré rodear mis brazos en su torso cuando se alejó para ir donde Natasha.

— Te acaba de aplastar una de tus alumnas. Que feo, Romanoff -se burló un poco.

— Chef Romanoff -me acerqué para estrecharle la mano- Fue una competencia muy dura -mentí un poquitín.

— Señorita Maximoff, fue buena idea que escogiera la repostería. Ese pastel se me ha hecho muy familiar.

— ¿Ha escuchado hablar de "Cuisine et pâtisserie, le charme"? -hablé el francés más horrible, hace mucho no practicaba.

— Es una de las razones por la que estudié gastronomía, fui una vez con mis padres y la cocina sabia exquisita. Incluso la pastelería era...

— Son mis abuelos -sonreí- Es el pastel de mi abuela, ella misma me enseñó.

— ¿TU ABUELA ES LA FAMOSA PASTELERA QUE NUNCA REVELÓ SU IDENTIDAD?

— ¿Podrías bajar la voz? -miré a mi alrededor, mientras Yelena no paraba de gritar- Todos me miran raro.

— Eres nieta de una leyenda -Natasha aún no lo creía- Vi a tu abuela y no la reconocí porque...

— No sabes ni su nombre, o cómo se veía fisicamente. No ibas a saber que era ella.

Se estaban repartiendo el pastel y ya la clase había acabado. Recogí mis cosas para marcharme a casa, aún tengo que preguntar qué fue lo que le hicieron a Natasha y el regaño por deshacer mi hechizo de atadura.

— ¿Puedo acompañarte? -Yelena caminaba a mi lado por los pasillos, asentí.

Ya fuera de la universidad, Natasha caminaba al estacionamiento de profesores, al verme sonrió, pero al notar a Yelena, esa sonrisa desapareció.

— Eso será otra pelea cuando llegue a casa.

— Perdóname por ponerlas en contra. Nunca quise eso -y era verdad- Quisiera decirte cuáles son mis sentimientos, pero aún no logro comprenderlos.

— Y quisiera que solo fueran hacia mí, si te soy sincera, pero comprendo todo lo que sucede. Solo quiero saber qué sucede con Natasha y contigo.

— Sí, soy bruja -se emocionó y solo negué sonriendo- Se supone que ningún humano sepa esto y tampoco son capaces de vernos, a menos que nos vean utilizando magia. Por eso nos cuidamos, y por eso tú sabes. Conocí a Natasha en un bar unas semanas antes de entrar a la universidad y de ahí todo partió. ¿Recuerdas el día del sushi?

LA CHEF Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora