Agatha Harkness

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— Es un placer, Wanda. Soy la Doctora Agatha Harkness, soy la psicóloga asignada para ti.

— Wanda Maximoff -estaba más seria de lo normal, sentía que estoy aquí no por mi propia voluntad.

— Tu abuela me ha comentado lo que está sucediendo. Ya sabes, ella siendo la líder -intentó que la tensión de la habitación cediera un poco, pero fue imposible- Bien... -desapareció la poca sonrisa que portaba- ¿Quieres contarme tu lado de las cosas?

— Desearía decirle, pero no tengo nada que contarle.

— Comprendo. Wanda, para poder maximizar tus poderes, debes estar en control de ti misma. El no saber, la incertidumbre, hace que te de miedo saber de dónde nacen tus poderes. Es normal tener miedo, pero no es normal que te domine. Todas las brujas hemos pasado por ese proceso de encontrar nuestra voz interior y poder controlar nuestros poderes.

— Con todo respeto señora Harkness, no creo que ese sea mi caso -vacilé un momento, era obvio que ninguna ha tenido que enfrentar un mal como el mío, las ejecuciones de brujas y los cazadores de brujas no se comparan a esto.

— ¿Crees que por que te está sucediendo a ti, es lo peor del mundo? -me acomodé en mi asiento algo incomoda y malhumorada- Cuando nos suceden cosas tendemos a pensar "¿por qué a mí?" -hizo una pausa, para cotejar mis expresiones, las cuales en este momento están neutras- ¿Concuerdas? -Asentí porque es lo único que he pensado desde que esta locura comenzó- Muchas veces nos hacemos la pregunta de la manera incorrecta. Me refiero a que no nos suceden las cosas porque somos los menos capaces o porque simplemente nos tocó, mala suerte le dicen. La vida tiene una manera divertida de jugar, tú decides si seguirle el juego y en el camino aprendes, o decides que esto no te enseñará nada y te das vueltas en este círculo sin fin que tú mismo creas.

— ¿No piensa que la vida es injusta?

— Puede serlo, cuando hay intervenciones que no somos capaces de ver, por lo general, solo da lecciones de vida que nos hacen crecer como seres humanos. Pero la mayoría del tiempo no se equivoca, somos energía, Wanda. Atraemos lo que creemos, lo que queremos... mucho más cuando eres una bruja. ¿Crees que la vida ha sido injusta contigo?

— Creo que solo se divierte conmigo, pasé de tener una vida aburrida a una completamente caótica. No pedí nada de esto -me acomodé mejor en la silla, empecé a sentirme a gusto. Hasta los músculos de la cara se relajaron y una pequeña sonrisa se dibujada en mis labios.

— ¿Nunca pediste nada? ¿Una vida diferente, o algo de diversión? -sonrió de manera suave, con la pluma ente los dedos y las manos puestas en su libreta, en la que ha hecho anotaciones varias veces mientras habla conmigo- No creo que todo haya sido malo con esa sonrisa que tienes ahora.

— Debo admitir que no todo ha sido malo, pero sí complicado, incluso dentro de lo bueno. Quiero tantas respuestas, respuestas que nadie está dispuesto a dar porque tampoco tienen idea. Llevó meses tratando de entender de la manera correcta y no hay respuesta -las palabras al final salieron con un poco de dificultad, tuve que empujarlas para poder decirlas.

— Es abrumador, pero las respuestas llegarán a ti en el momento justo, Wanda.

Luego de eso no pude a volver hablar, sus palabras quedaron grabadas en mi cabeza por varias horas. Intentaba hacerlas encajar con todos estos sentimientos que tengo dentro pero ninguno encajó muy bien, terminé más confundida que al principio. ¿Por qué a mí? La misma pregunta sin respuesta.

— Wanda -Natasha colocó su mano en mi hombro- ¿Estás segura que no es mejor que estés en casa?

— No creo que pueda estar ahí mucho tiempo - me llevé la taza a los labios, mientras una lágrima sin previo aviso se derramaba por mi mejilla.

LA CHEF Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora