Culpa

98 15 12
                                    

No había tenido la oportunidad de volver a ver a Natasha, el día de ayer la clase se acabó antes. Cuando llegamos Yelena y yo, el salón estaba completamente vacío. Por fin era sábado y podía tener un poco de tiempo para mí y organizar todo lo que me ha sucedido esta semana. Lo que sucedió ayer me lo he reservado, no le conté a mi abuela los sentimientos de Yelena y que Natasha está volviendo a crear un vínculo más personal conmigo. A menos que necesitase con urgencia de su ayuda, no le diré nada.

— ¿Algo nuevo que reportar? -estaba preparando el desayuno.

— No estamos en la milicia, puedes saludarme con un buenos días o algo así. Algo más civil -giré los ojos sentándome en la isla- Además, quedamos en que la información es mutua. ¿Algo que reportar? -mi manera de ser con mi abuela era respetuosa, pero últimamente ejercía más peso su puesto en mi vida cotidiana y en mi vida de bruja. Sentía que no podía confiar mucho en ella, y si lo hacía, solo me utilizaría para llegar hasta donde Natasha, y era ahí donde existía una linea.

—  Wanda, que jamás se te olvide que eres mi nieta consentida y que te amo sobre todas las cosas, pero en este momento, soy más tu superior que tu abuela. Mi posición es ayudarte y ayudar a todo nuestro aquelarre a que estemos a salvo.

— Entiendo tu posición, de veras lo hago. Lo que no logro entender es porqué hacen las cosas erráticamente. ¿Qué tal si mis padres cometieron un error al despojar a Natasha de sus recuerdos? ¿Y en vez de ayudar, solo nos empujaron a una zona desconocida? -mi abuela se quedó un rato analizando todas mis interrogantes, incluso sirvió el desayuno sin hablar.

Estuvo toda la mañana sin articular ni una sola palabra. Es sábado, debería estar divirtiéndome, salir al parque, ir por un helado, o simplemente ser un joven adulto normal, sin embargo, estoy preocupada de que le haya frito los circuitos a mi abuela.

— De verdad que estar en Paris no te ha ayudado en nada -Loki estaba acostado a los pies de mi cama, mirándose las uñas intentando no reírse.

— ¿No sabes tocar la puerta? Tengo una puerta principal por una razón bastante justificada.

— ¿Y esa razón es?

— No dejar pasar a gente entrometida como tú -lo empujé con mi pie haciendo que se balanceara en el borde de la cama, cuando se compuso, no parábamos de reírnos- ¿Y tu chicle, donde está?

— Hablando con tu abuela, que nos dejó entrar por la puerta esta vez. No somos animales, Wanda.

— Parecen -devolví mi atención al celular, contestaba un mensaje de Natasha, desde ayer ha estado enviando mensajes, creo que cobró el valor de seguir con sus instintos luego de lo que sucedió en el baño.

—¿Aún escribes con la rubia? -Loki nunca tenía filtro, y cuando intentaba no parecer sorprendido o asustado, su tono de voz lo reflejaba.

— Escupe lo que sabes, ahora -bloqueé mi celular, dejándolo a un lado- ¿Pietro te ha dicho algo?

— No juegues, Wanda. Soy tu mejor amigo, pero no sería capaz de traicionar a Pietro.

— Loki... -junté mis manos poniendo mis pulgares debajo de mi mentón- ¿Cómo te explico? Si hay algo sucediendo de lo que yo no tenga conocimiento, el mundo puede estar en peligro. Todo porque tus suegros, mis padres, tomaron una decisión apresurada y sin mirar consecuencias.

Loki comenzó a desesperarse, no estaba chantajeándolo, estaba diciendo la verdad. Todo lo contrario a lo que han hecho mis padres y mi abuela. En serio no quiero que le pase nada a ellos, incluso a mis padres. No nos llevamos muy bien, pero son mis padres, a veces la sangre pesa más que el agua.

LA CHEF Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora