La vida continuó

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Después de una lucha casi interminable por recuperar a sus hijos y descubrir al verdadero asesino de Nicolas, Marcia se casó con Iñaki, el abogado que la ayudó a salir de la carcel en donde estuvo veinte años.

[Dos años despúes]...

—¡Buenos días Marina!

—¡Buenos días señor Iñaki —Contestó la recepcionista—.

—¿Mi esposa ya llegó?

—Sí, hace poco.

— Listo, muchísimas gracias Marina, iré a su oficina.

[Oficina de Marcia]...

—Mi amor, ¿Cómo te fue?— Se acercó y la besó—.

—Excelente mi vida, todo está en orden, el doctor me dijo que no debía preocuparme porque no es nada grave, pero sí tengo que descansar más. Al parecer mis mareos es por cansansio acumulado.

—Y si es así, ¿Por qué estás trabajando y no te tomaste el día libre?

—¡No, como crees! Ahora menos, no podemos permitir que Lom-Ent nos gane. Recuerda que la competencia está fuerte, ellos tienen muy buenos diseños, ya los vi y te aseguro que están pisando fuerte.

—A ver, de verdad los viste. ¿Cómo los viste? —Sorprendido—.

—De casualidad tomé la computadora de Lucía y por accidente vi que Esteban le había mandado los diseños para tener su aprobación.

—No fue por accidente, tú debiste haber entrado al chat de ellos dos y así viste loa diseños.

—Bueno sí, pero eso no importa, aquí lo importante es que no nos podemos dejar ganar y menos de Esteban.

—Creo que estás siendo demasiado competitiva mi amor, somos unos simples empleados aquí. Sólo eso. Además, el año pasado quedamos en primer lugar y ellos en segundo.

—¡Viste! Es por eso que no podemos aflojar.

—Sí tienes razón, pero te pido que no te mates tanto trabajando, recuerda que tu salud es más importante.

—Tranquilo mi vida, te prometo que descansaré.

—Bueno, yo me voy a trabajar a mi oficina, chao —Se besaron—.

—¡Ni creas que me vas a ganar Esteban Lombardo! —Pensó en voz alta—.

[Lom-Ent]...

—¡Buenos días Celia!

—¡Buenos días señor Lombardo! Los socios de la empresa lo están esperando en la sala de juntas.

—Muchas gracias, me dirigo hacia allá.

[Sala de Juntas]...

— Buenos días señores.

La mañana de Esteban trascurrió en mostrar los diseños finales para competir con las demás empresas de espectáculos en el evento que se hacía todos los años.

—Bueno señores, eso es todo por hoy, espero que ganemos este año.

—Eso esperamos Esteban, la vez pasada estuvimos a punto —Dijo un socio—.

—Hay que confiar en nuestros trabajadores y en los diseños de Paula, y no es porque yo sea su pareja pero están bellisímos.

—De eso no hay duda, están bellisímos —Dijo otro socio—.

—Señores, ha sido todo por hoy. Pueden dirigirse a sus respectivos deberes, tengan buen día —Agregó Esteban—.

Cuando se quedó solo en la sala de juntas tomó el celular y le marcó a Lucia.

Mi vicio y mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora