Anhelo

840 45 37
                                    

[Empresa Spectacles, oficina Marcia]...

—¡Hola mi amor! —entró Iñaki a la oficina y saludó a su esposa—. ¿Cómo te fue en esa empresa?

—Pues, más o menos...

—¿Por qué? —preguntó curioso—.

—Esteban quiere que trabajemos de lunes a viernes en Lom-Ent...

—¡Jah! Pero quién se cree que es... —un poco alterado—. Obviamente no aceptaste, ¿Verdad?

—No, ¡Claro que no!

—Sabes que pienso...

—¿Qué? —preguntó Marcia intrigada—.

—Que todo esto no es más que una estrategia de ese imbécil para tenerte cerca.

—¡Por Dios Iñaki! Estás siendo muy extremista, no dudo que quizás haga esto para molestarme pero de ahí a que esté interesado en mi, no. —dijo incrédula aunque en el fondo le quedó sonando la idea—.

—¿Cómo puedes estar tan segura?

—Porque no me soporta así como yo tampoco a él. Además, después de 22 años y de todo lo que pasó entre nosotros es imposible que él sienta algo por mi.
Así que ni al caso tus dudas. —un poco enojada—.

—Bueno, a mi esto no me da buena espina, ¡Qué casualidad! —con tono ironico—. Precisamente Lom-Ent es la otra empresa socia y Esteban ahora pretende trabajar contigo todos los días.

—¡Ya Iñaki! —enojada—. Estoy harta de tus celos y de tus ironias, ya suficiente tengo con aguantarme por 2 meses trabajar con Esteban para que vengas tú a armarme una escena de celos cada vez que hablemos del tema. —alterada—.

Iñaki se quedó pensativo y le respondió: —Mi amor, disculpame ¿sí? Es que cuando se trata de ese tipo no puedo mantener la cabeza fria. —se acercó a ella y la besó—. Te prometo que me voy a controlar más, últimamente no nos estamos entendido muy bien y eso no me gusta...

—A mi tampoco me gusta estar peleando contigo. Mi vida, llevamos un año de casados y han sido maravilloso, no quiero que se nos acabe la paz y menos por culpa de ese señor...

—Te amo. —la besó—.

—Yo también. —lo abrazó—.

[Martes, Oficina Lom-Ent]...

—Celia, ¿Nada aún?

—Nada señora Marcia, no he logrado comunicarme con él.

—¡Esto es el colmo! —alterada—.
¿Cómo es posible que Esteban me haga esto? —se paseaba de lado y lado en el pasillo—. Llevo dos horas esperándolo, ¿Quién se cree que es?

—La verdad es que el señor Esteban no acostumbra a llegar tarde y menos si se va a reunir con alguién. Esto es muy extraño.

Marcia se quedó mirando a la secretaria muy seria.

—No es porque sea mi jefe pero él no es así. Honestamente se lo digo.

—De seguro es uno de sus jueguitos para molestarme. —se volvió a sentar y le dijo a Celia—. Si en 15 minutos no llega me voy. —agarró una revista que había en una pequeña mesa para distraerse—.

A los 5 minutos llegó Esteban con golpes y sangre en su rostro. También con moretones en los brazos y otras partes del cuerpo.

—¡Señor Esteban! —exclamó su secretaria al verlo—.

Marcia rápidamente dejó de observar la revista y lo vio. Al igual que Celia también me impresionó muchísimo al verlo tan herido.

—¡Esteban, ¿Qué te pasó?! —se levanto, caminó de prisa hacia él y se puso sus manos en la boca asombradísima por como se veía su exesposo—.

Mi vicio y mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora