Encuentros

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Iñaki en los últimos días se estaba comportando de maravilla, tan así era que hasta la misma Marcia no lograba comprenderlo del todo.

De un momento a otro se veía más cariñoso y atento.
Luego de haberse enterado de la terrible verdad su plan comenzó a marchar, la primera estrategia era mostrarse como el hombre perfecto para que su esposa no sospechara de absolutamente nada.

Dos días después la convenció de salir al restaurante que solían visitar cuando estaban recien casados.

[Restaurante, 8:00 pm]...

Cuando Marcia y el español iban ingresando estaban allí casualmente Esteban y Verónica.
La pelirroja no se había percatado de que ellos también estaban ahí, sin embargo, Iñaki sí.

-¡Miren nada más! No cabe duda, todo se está alineando a mi favor. -pensó sonriente-.

Cuando ambos tomaron asiento él inmediatamente le comentó a la pelirroja.

-Mi amor, ¿Ya viste quien está aquí?
-mencionó sonriente-.

-¿Quién? -pregunto intrigada-.

-Esteban y otra mujer... -ella volteó enseguida sin disimular ni un poquito y lo vio conversando muy a gusto con Verónica, además le sorprendió tanto ver a esa mujer precisamente con su exesposo y cenando-.

-Definitivamente ese hombre cambia de mujer como de ropa, primero con Paula y ahora con esta... -expresó con la intención de meterle cizaña a Marcia-.

-Pues, es su problema... -hizo ella un ademán fingiendo que no le importaba aunque en realidad le habían pegado las palabras de Iñaki, tanto así que sin poder evitarlo comenzó a sentir celos-.

-Así es...-asintió-. Pero la verdad no sé cómo pudiste haberte casado con él y darle dos hijos, bueno, dicen por ahí que de los errores se aprende...

-¡Ya Iñaki, por favor! -exclamó la pelirroja con un poco de coraje-.

-Discúlpame mi amor, cenemos en paz. ¿Me permites darte un beso? -le acarició la mejilla fingiendo ser cariñoso-.

[Mesa, Esteban y Verónica]...

-Esteban, ¿Esa no es Marcia la amiga de tu esposa?

-¿Marcia? ¿Dónde está?

-Allá... -la señaló-.

En ese mismo instante el moreno volteó para la mesa de Marcia y la vio. Infortunadamente justo cuando su querido esposo la estaba besando.

-¿Esteban, te pusiste serio? ¿Pasa algo con Marcia?

-No, nada. Sólo curiosiaba. -le sonrió-. Al parecer es su nueva pareja, es que es muy reservada con su vida amorosa. Oye, está muy bonito el restaurante... -cambió el tema de la conversación-.

-Sí. -asintió y le sonrió igualmente-. Me alegro que te haya gustado el lugar que elegí. Bueno, cada que vengo a la Cuidad de México me encanta visitar este restaurante.

-Sigamos hablando del asunto administrativo...

-No me lo tomes a mal pero, ¿Por qué eres tan aburrido? -rió-.

Él también rió y le contestó. -Ah, no sabía que era aburrido... ahora ya lo sé.

En medio de todo hubo un segundo en el que la pelirroja y el moreno chocaron miradas.
La mirada que ella le lanzó fue la indirecta más directa y Esteban había entendido claramente el mensaje.

Marcia se levantó y se dirigió al baño. El baño era un lugar clave entre ambos, el moreno entendió la referencia y esperó al rededor de tres minutos y también salió hacia allá. Se entró en el de damas y ahí estaba ella.

Mi vicio y mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora