¿Viaje?

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[1 semana después]

—¡Mm, qué rica está la malteada! Pruebala —le dio el vaso de vidrio—.

—No hija, con esto es suficiente —igualmente mostró su vaso—.

—¡Hija! ¡Lucía!  —lucía escuchó de lejos una voz conocida, de inmediato volteó y en efecto, su padre fue quién la llamó—.

Le sonrió e hizo una seña con su mano para que se acercara.

—¡Buenas! ¿Marcia, cómo estás? —se acercó Esteban a la mesa—.

Un silencio incómodo perduró unos segundos hasta que Lucía rompió con el silencio y dijo: —Mamá, mi papá te preguntó algo... —abrió un poco los ojos como recriminandole a su madre—.

—Yo, estoy excelentemente bien, ¿Algo más?

—Esteban le sonrió pero no con ironía, realmente le pareció gracioso ver la escena entre su hija y su exesposa. —No, tranquila... eso es todo...
Aah, por cierto hija... Paula me dijo que ya le llegó la tela, que...

—¡¡EN SERIO!! —Lucía lo interrumpió y no lo dejo terminar—.

—Sí, que si quieres hoy mismo puedes ir a su tienda... sólo me dijo eso.

—¡¡GRACIAS PÁ!! —emocionada—. ¡No! Paula es la mejor, ni se te ocurra separarte de ella...

Marcia quedó bastante sorprendida al escuchar las palabras de su hija e insconcientemente hizo una pequeña mueca.

—Esteban se rió mirando a su hija y le respondió: —O sea, que... ¿Si me quiero casar con ella tengo tu aprobación? —.

—Toda. —dijo contundente—.

— Tu que dices Marcia ¿Será que me caso? —le dijo mirandola fijamente con picardia—.

—No veo porqué necesitas mi opinión. Eso es asunto tuyo... —le respondió con altivez—.

Esteban sonrió descaradamente, en el fondo disfrutaba molestarla y hacerla enojar.

Lucía por su parte comenzaba a perder la paciencia, definitivamente sabía que con ese par no había remedio. Destestaba verlos así tan llenos de orgullo y sin tolerarse ni un segundo. Sobre todo a su madre, lo que menos le gustaba de ella era su odio contra Esteban.

De todas formas, pese a todo lo que pasaron como familia deseaba con todo su corazón que sus padres llevaran la fiesta en paz.

—Chao hija, nos vemos en la casa. —se despidió de ella—.

—¡Al fin se fue! —agregó Marcia—.

—¡Mamá! —alegó Lucía—. Hasta cuando esa guerra entre ustedes, yo todavía no entiendo cómo es que van a trabajar juntos...

—Por obligación, no más...

—Sea por lo que sea, por lo menos tengan la madurez de tratarse bien.

—¡Claro que sí mamá, como ordenes!
—le respondió Marcia a Lucía—.

Ambas se echaron a reir. A veces Lucía podía ser muy ocurrente y quizás a hasta muy niña pero, también podía ser una chica madura.

—Ahora dime tú... ¿De cuándo acá tan amiguita de Paula?

—Aah, ¿De Paula? —se rió—. Bueno, tenemos una muy buena relación, e incluso desde antes, cuando fue novia de papá por primera vez también nos llevabamos bien.
Me cae bien. —asintió—. Creo que realmente ama a mi papá.

—¿Y él a ella? —preguntó impulsivamente y luego se arrepintió—. ¡No, no, olvidalo! No sé ni por qué pregunté eso.

—Tranquila mamá, es normal que te curiosidad. A mi a veces también me da pero no me atrevo a preguntarle a mi papá nada de eso.

—Lucía, ¿Tú en serio quieres que Esteban se case con Paula? —volvió a preguntarle curiosa—.

—Pues sí... si él quiere. A mi me parece un madrastra increible.

—No pues, ¿Qué te dio Paula? ¿Por qué la adoras tanto?

—Lucía se echó a reir y le dijo a su madre: —Digamos que por el momento no me ha dado nada pero muy pronto me hará el vestido de mis sueños. ¡Jajaja! No mentira, no creas que soy una interesada.

—Yo que tú no la adoraría tanto. A mi no me da buena espina, para mi que se hace la mosquita muerta. De seguro está con Esteban por interés, no porque lo ame.—tomó un sorbo de su malteada de fresas—.

—A ver, dejame adivinar... ¿No te cae bien Paula?

—Para serte sincera no nos caemos bien.

—Pero, ¿Por qué?.. Si las dos son excelentes personas.

—Quizá en otras circunstancias...

—Allá ustedes... —se dio de hombros—.

[Lunes, Oficina Lom-Ent]...

—Pues, bien. Gaspar decidió que cada 8 días nos juntaramos para analizar los avances del proyecto.

—¿Dónde será?

—Aquí en Lom-Ent si así quieres...

—Me parece bien. Creo que me queda mejor los viernes para venir acá.

—Aah, otra cosa. Él quiere que Paula sea la diseñadora.

—Nada más eso me faltaba... —rechinó Marcia entre dientes—.

—¿Qué pasa? ¿No quieres que Paula sea la diseñadora?

—Eso es más que obvio.

—No entiendo el porqué de tu rechazo hacia ella. Es una de las mejores diseñadoras, sabe trabajar...

—Marcia se rió con ironía—. ¡Qué manera de defender a tu futura esposa!

—Pues la tengo que defender, ¿No crees?

—¡Vaya, aprendiste! —rió con ironia—. A mi nunca me defendiste.

—Dicen por ahí que de los errores se aprende. Aunque si quieres te puedo defender a ti también... —le sonrió descaradamente—.

—¡Qué cinico eres! Me pregunto si tu queridisima novia sabrá todo lo que me dices. O será que se lo digo, aprovechando que voy a trabajar con ella.

La cara de Esteban cambió de un momento a otro. Se puso más serio.

—Ni se te ocurra eso... —dijo serio acercandose a ella—.

—¿Qué me vas a hacer? —le dijo de forma desafiante—.

Esteban la sujetó con fuerza hacia su cuerpo y le respondió casi pegado a su boca. —¡Lo que tú quieras!

Marcia agilmente se separó de su cuerpo.

—Aah, Gaspar también me informó que probablemente a fin de mes tenemos que ir donde vive él para mostrarle los avances.

—¿A Monterrey? ¿Por qué?

—Porque se le hace muy complicado venir por esas fechas acá a CDM.

—Bueno, él es el que decide. Entonces nos vemos el viernes aquí. ¡Aah! Saludame a tu futura esposa. —con sarcasmo—.

—Esteban se echó a reir—. También saludame a tu esposo. Supongo que no está muy contento con que trabajemos juntos.

—Para nada, te equivocas. A Iñaki le da exactamente lo mismo si trabajo contigo u otra persona.

—Menos mal. Así nos ahorramos escenitas de celos. —contestó Esteban—.

—No te creas tan importante querido.



Pd: por fis, comenten jajaja. Denme moral para seguir. 🧐🤭🥰

Mi vicio y mi condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora