"Encuentro"

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Después de unos días desde la visita de Sergei al convento, finalmente llegó el día en que el padre de Emily, el respetado político y gobernador de la ciudad de Chicago, el señor Marck Harrison, pudo visitarnos

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Después de unos días desde la visita de Sergei al convento, finalmente llegó el día en que el padre de Emily, el respetado político y gobernador de la ciudad de Chicago, el señor Marck Harrison, pudo visitarnos. Su presencia en el convento generó cierto revuelo entre las hermanas y las novicias, ya que era una figura importante y muy respetada en la comunidad.

Emily estaba emocionada y ansiosa por presentarme a su padre. Me contó que había estado hablando mucho sobre mí y sobre nuestras conversaciones sobre el futuro y la posibilidad de ir juntas a la universidad. Aunque yo no compartía su entusiasmo por la idea de dejar el convento, comprendía su deseo de explorar nuevas oportunidades y experiencias.

Cuando el señor Harrison llegó, pude percibir de inmediato su carisma y presencia imponente. Su voz resonaba con autoridad mientras saludaba a las hermanas y se dirigía hacia nosotras con una sonrisa cálida en el rostro.

—Emily, mi querida hija, qué alegría verte —dijo el señor Harrison, abrazando a Emily con afecto.

—Papá, te presento a Liliana. Ella es mi mejor amiga y la persona con la que he compartido tanto en el convento —presentó Emily con orgullo.

El señor Harrison me miró con curiosidad y una sonrisa amable. Extendió su mano hacia mí, y la estreché con respeto.

—Un placer conocerte, Liliana. Emily me ha hablado mucho sobre ti. Me alegra saber que mi hija ha encontrado una amiga tan especial y cercana en ti —dijo el señor Harrison con cortesía.

Respondí con una sonrisa, agradecida por sus palabras. Luego de intercambiar algunas palabras con el señor Harrison, Emily no pudo contener su curiosidad y le preguntó a su padre por qué había tardado tanto en venir a visitarla. El señor Harrison explicó que estuvo enfermo, pero que ya se encontraba mucho mejor y que no quería perder la oportunidad de venir a verla y pasar tiempo juntos.

Antes de que la conversación entre Emily y su padre se profundizara más, me disculpé cortésmente y les dije que tenía algunas tareas pendientes que atender en el convento. Dejé a Emily y a su padre disfrutando de su tiempo juntos y me concentré en mis labores, llevando a cabo mis responsabilidades con diligencia y dedicación.

Mientras realizaba mis actividades diarias en el convento, mi mente estaba llena de pensamientos sobre la visita del señor Harrison y la relación entre Emily y su padre. Me alegraba ver la conexión y el cariño entre ellos, y sabía que momentos como este eran importantes para fortalecer los lazos familiares y disfrutar de la compañía de seres queridos.

Mientras me alejo, observo a Emily con convenza con su padre, notando la fuerte semejanza entre ambos. Aunque el señor Harrison era un hombre de aproximadamente cuarenta años, se podía percibir la conexión familiar en sus rasgos compartidos con Emily. Ambos tenían la misma tonalidad de cabello castaño oscuro, aunque el del señor Harrison se mostraba más recortado y elegante, mientras que los rizos de Emily caían con gracia sobre sus hombros.

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