"Deseó, Pasión Y Miedo"

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Me encuentro sentada en mi habitación, con el cuaderno de dibujo que Rosa me prestó y unos pocos colores dispersos por la mesa

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Me encuentro sentada en mi habitación, con el cuaderno de dibujo que Rosa me prestó y unos pocos colores dispersos por la mesa. El dibujo que intento crear es una distracción necesaria para alejar mi mente de la verdad perturbadora que Dimitri me reveló.

Decidí que lo mejor sería seguir sus instrucciones, no por sumisión, sino por pura supervivencia. No quería provocarlo ni ponerme en peligro. Las palabras de Dimitri resonaban en mi cabeza: "No malinterpretes, no es amor, es un deseo profundo y una obsesión aún más fuerte. Necesito que estés a mi lado, eso es todo lo que me importa ". Estas frases eran una mezcla extraña y perturbadora de emociones contradictorias, y sabía que cualquier intento de resistirme podría tener consecuencias imprevisible. Un ejemplo de esto, es todo lo que ha tenido que pasar Lucas, todo por verse fijado en mí.

Con Dimitri de viaje, la mansión se sentía vacía y opresiva. La ansiedad me invadía cada vez que pensaba en su regreso. Para mantener mi mente ocupada, le pedí a Rosa un cuaderno y algunos colores. Pintar siempre había sido una forma de escape para mí, una manera de canalizar mis pensamientos y emociones.

Me senté junto a la ventana, donde la luz natural iluminaba mi espacio de trabajo. Los colores se mezclaban en el papel, formando imágenes abstractas que reflejaban mi estado interno. Mis manos se movían con rapidez, casi de manera automática, mientras mi mente divagaba entre recuerdos y preocupaciones.

La mansión estaba en silencio, interrumpido solo por los suaves pasos de Rosa y los ruidos distantes de la servidumbre. Era un contraste extraño, una calma tensa que parecía preludio de algo más. Intenté concentrarme en mi pintura, pero mis pensamientos siempre volvían a Dimitri y su confesión.

El tiempo pasó lento, y cada minuto parecía durar una eternidad. Me preguntaba qué estaría haciendo Dimitri, y si estaría pensando en mí. La incertidumbre me carcomía.Como deseaba pode escapar.

Pero sabía que no podía. No hasta encontrar una forma segura de hacerlo. Así que, por ahora, mi mejor opción era seguir pintando, dejar que los colores en el papel absorbieran parte de mi angustia y esperar el momento oportuno.

María entró en la habitación, trayendo una bandeja con té y galletas. Su presencia siempre traía un poco de consuelo.

—¿Cómo estás, niña ? —preguntó suavemente, su voz impregnada de preocupación.

Le sonreí débilmente. —Estoy bien, Maria . Solo tratando de pasar el tiempo.

Ella asintió, entendiendo más de lo que decía. —Si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme.

La observé salir de la habitación, sintiendo un agradecimiento profundo por su apoyo silencioso. Volví a concentrarme en mi cuaderno, dejando que los colores y las formas me llevaran a un lugar donde Dimitri no podía alcanzarme, al menos por un rato.

El día avanzaba lentamente, pero sabía que pronto llegaría la noche y, con ella, el regreso de Dimitri. Me preparé mentalmente para enfrentar lo que viniera, sabiendo que debía mantener la calma y la cordura, a pesar del caos que Dimitri traía consigo.

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