"Control"

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Me encuentro sentado en una sala de conferencias en lo alto de un rascacielos en París

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Me encuentro sentado en una sala de conferencias en lo alto de un rascacielos en París. A mi lado, Sergei y Viktor, observan atentamente cada movimiento. Frente a nosotros, el vicepresidente de Francia se sienta con una expresión de determinación en su rostro. Este encuentro clandestino tiene un propósito claro: asegurar su ascenso a la presidencia.

La sala es opulenta, con paredes revestidas de madera oscura y ventanales que ofrecen una vista panorámica de la ciudad. Sin embargo, mi atención está fija en el hombre que ha solicitado mis servicios, consciente de que mi presencia aquí es un secreto bien guardado, una carta escondida que puede cambiar el destino de una nación.

—Dimitri —dice el vicepresidente, inclinándose ligeramente hacia adelante-, como hemos discutido, necesito tu ayuda para consolidar mi posición y asegurar la presidencia en las próximas elecciones.

Lo observo en silencio por un momento, dejando que sienta el peso de mi escrutinio. Mi influencia es vasta y mi poder innegable. Cada líder que ha alcanzado el poder en Europa ha contado con mi intervención en algún punto, y este hombre no será la excepción.

—Entiendo lo que necesitas —respondo finalmente, mi voz calmada y controlada— Pero debo saber hasta dónde estás dispuesto a llegar.

El vicepresidente asiente con determinación. —Haré lo que sea necesario. El presidente actual está debilitado y la oportunidad es ahora.

Una leve sonrisa se dibuja en mis labios. Es la respuesta que esperaba. —Bien. Sergei, Viktor, asegúrense de que todas nuestras condiciones sean claras y que los fondos necesarios estén disponibles.

Sergei asiente y comienza a detallar los términos del acuerdo. Mientras tanto, Viktor revisa discretamente los documentos confidenciales que hemos preparado. Todo está en su lugar, y el vicepresidente no tiene otra opción más que seguir nuestro plan al pie de la letra.

—Sabes —digo, interrumpiendo el flujo de la conversación— he ayudado a muchos hombres a alcanzar el poder. Presidentes, primeros ministros, magnates. Todos ellos están donde están gracias a mí. Y tú, Fransua, serás el próximo en esa lista.

El hombre me mira con una mezcla de reverencia y temor. Sabe que en este momento, su destino está en mis manos.

—Confío en ti, Dimitri —responde con un hilo de voz— No me defraudarás.

Me levanto, dando por concluida la reunión. —Por supuesto que no. Pero recuerda, una vez que tomes el poder, siempre me deberás algo. Mi influencia es lo que te hará intocable, pero también lo que te mantendrá bajo mi control.

Sergei y Viktor se levantan a mi lado, y juntos, nos dirigimos hacia la salida. Al cruzar las puertas de la sala, sé que otro líder más se añadirá a mi red de poder e influencia. He movido las piezas del tablero a mi antojo una vez más, y el mundo sigue girando bajo mi dirección.

El poder, después de todo, no reside en quienes están a la vista, sino en aquellos como yo, que operan en las sombras, moviendo los hilos invisibles que determinan el destino de las naciones.

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