Entramos en el hotel y Dimitri me toma de la mano, guiándome hacia el interior. Una vez dentro, me empuja suavemente contra él, pegándome a su cuerpo. Susurra en mi oído con un tono amenazador que no puedo olvidar:—Recuerda lo que te dije, Liliana.
El hotel en el que entramos es un monumento al lujo y el glamour, una obra maestra de la arquitectura contemporánea. Al atravesar las puertas giratorias de cristal, somos recibidos por un vestíbulo impresionante de techos altos, adornado con candelabros de cristal de Murano que cuelgan como joyas centelleantes. Las paredes están revestidas de mármol, pulido hasta brillar como un espejo, y decoradas con intrincados frescos dorados que narran historias de épocas pasadas.
El suelo es un mosaico de mármol en tonos blancos y dorados, que forma un patrón geométrico exquisito, y alfombras persas ricas en color y textura guían el camino hacia la recepción. Los muebles, elegantes y sofisticados, están tapizados en terciopelo de colores profundos, con detalles en oro que capturan la luz y reflejan el esplendor del entorno.
Grandes jarrones de porcelana china llenos de flores frescas perfuman el aire con una fragancia sutil pero envolvente, mientras una suave música de piano se escucha de fondo, añadiendo una capa adicional de serenidad y elegancia. Las columnas de estilo corintio se alzan majestuosas, creando un sentido de grandiosidad y opulencia.
La recepción, con su mostrador de mármol blanco y detalles en oro, está atendida por personal impecablemente vestido, que ofrece una sonrisa cordial y eficiente. Detrás del mostrador, una gigantesca obra de arte moderna añade un toque contemporáneo al clásico ambiente del hotel.
En este lugar, cada detalle ha sido cuidadosamente diseñado para evocar una sensación de exclusividad y sofisticación, haciendo que cualquiera que cruce su umbral se sienta inmerso en un mundo de lujo sin igual.
La sensación de estar atrapada y vulnerable regresa con fuerza. Mi corazón late rápidamente mientras intento comprender el juego peligroso en el que me encuentro y cómo debo navegar por él para mantenerme a salvo.
Unos hombres altos y muy fuertes, esperan a Dimitri y los hombres toman asiento, y comienzan a hablar en ruso, un idioma que no entiendo. Observo sus expresiones serias y sus gestos intensos, tratando de descifrar algo de lo que están diciendo, pero todo me resulta incomprensible.
Mientras están inmersos en su conversación, una camarera entra en la sala y Dimitri le habla en ruso. La camarera asiente y se retira, dejándonos a solas nuevamente. Los hombres siguen hablando con Dimitri, y este sigue negociando en un tono firme y decidido.
La situación se vuelve aún más complicada y desconcertante. Mi mente da vueltas mientras intento comprender lo que está en juego, pero todo sigue siendo un misterio. Las palabras en ruso y los nombres de lugares que mencionan no me son familiares.
Me acerco a Dimitri y susurro en su oído. —Necesito ir al baño.
Dimitri me mira con ojos intensos y una chispa de advertencia en su mirada. Luego hace una señal a Nikolai. —Ve con Nikolai y no te alejes de él.
ESTÁS LEYENDO
ÉXTASIS
RomansaEn un mundo donde la pureza se entrelaza con la crueldad, la historia de Liliana y Dimitri se teje en una telaraña de contrastes y pasiones prohibidas. Liliana, una joven criada en un convento rodeada de la paz y la bondad de las monjas, irradiaba d...