"El Plan( Primera Parte) "

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NO ME DOY cuenta de que estoy gritando hasta que alguien me tapa la boca con fuerza, amortiguando mis gritos histéricos

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NO ME DOY cuenta de que estoy gritando hasta que alguien me tapa la boca con fuerza, amortiguando mis gritos histéricos.

-Liliana. Liliana, ¡para! -La voz firme de Peter me saca del torbellino de horror y me devuelve a la realidad-. Cálmate y dime exactamente qué has visto. Cálmate para que puedas hablar con más tranquilidad.

Apenas logro asentir; él me suelta y retrocede. Por el rabillo del ojo veo a Rosa y a María a pocos metros de distancia. María se cubre la boca con las manos y vuelve a ser un mar de lágrimas. Rosa parece asustada y angustiada.

-No... -Apenas puedo articular palabra por la garganta hinchada-. No he visto nada. Lo acabo de oír. Estábamos hablando y, de repente, he oído disparos y... gritos y luego más disparos. Dimitri... -Se me quiebra la voz al mencionarlo-. Supongo que a Dimitri se le ha caído el teléfono porque la pantalla se ha vuelto loca y entonces solo he podido ver la pared. Pero sí he oído los disparos, los gritos, más disparos...

No soy consciente de que estoy sollozando incontrolablemente hasta que Peter me agarra por los hombros y me lleva con cuidado hacia el sofá.

Me hace sentarme mientras empiezo a temblar por el terror de lo que acabo de presenciar mezclado con los recuerdos de unos meses antes, cuando me secuestró Hadar en París. Durante un instante aterrador, el pasado y el presente se funden y vuelvo a estar en esa clínica, oyendo esos disparos y sintiendo un miedo tan intenso que mi mente no puede asimilarlo. Solo que ahora no soy yo que esta en peligro: es Dimitri.

Han ido a por él. Y sé exactamente quiénes son.

-Es Hadar -digo con voz ronca mientras me levanto sin pensar en los temblores que me sacuden-. Peter... es Hadar.

Él asiente, está de acuerdo conmigo, y veo que ya está al teléfono.

-Tak. Tak, tse ya -dice, y me doy cuenta de que está hablando ucraniano-. V likarni problema. Tak, zaraz-zhe. -Baja el teléfono y me dice-: Acabo de notificar a la policía de Uzbekistán los acontecimientos en el hospital. Están de camino, al igual que más soldados. Estarán allí en cuestión de minutos.

-Será demasiado tarde. -No sé de dónde sale esta certeza, pero algo en lo más profundo de mi interior me lo dice-. Lo tienen ellos, Peter. Si aún no ha muerto, lo estará muy pronto.

Mis palabras parecen resonar en el aire mientras Peter me observa. Sé que está tratando de mantener la calma por mí, pero también veo la tensión en sus ojos. Nadie en esta situación está a salvo, y Dimitri está en el epicentro del peligro.

-Señora, tenemos que mantener la calma -dice Peter con voz firme-. No podemos permitirnos perder la cabeza ahora.

Asiento débilmente, tratando de calmar los latidos desenfrenados de mi corazón. Peter empieza a dar instrucciones rápidas a los guardias cercanos, organizando lo que puede mientras esperamos noticias.

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