En un mundo donde la pureza se entrelaza con la crueldad, la historia de Liliana y Dimitri se teje en una telaraña de contrastes y pasiones prohibidas.
Liliana, una joven criada en un convento rodeada de la paz y la bondad de las monjas, irradiaba d...
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El viaje en auto hacia la nueva casa en Nueva York parece eterno. Observo por la ventana los edificios imponentes y las calles llenas de vida. Mi padre, me indica que ya estamos llegando, y le respondo con una pequeña sonrisa que intenta ocultar la maraña de emociones que siento.
Mi mente no puede dejar de pensar en Dimitri. Aunque lo que viví con él fue una pesadilla, hay una parte de mí que lo extraña y se niega aceptar que ya no está, siento su falta de una manera confusa y dolorosa. Acabo de perder el único hombre que a despertado sentimiento en mí. Recuerdo sus palabras sobre la isla como mi nuevo hogar, y un sabor amargo se instala en mi boca.
Finalmente, el auto se detiene frente a una hermosa casa con un jardín encantador. Salgo junto a mis padres, quienes están radiantes de emoción y alegría al darme la bienvenida a casa. Intento compartir su entusiasmo, pero algo dentro de mí se siente desplazado.
La casa es hermosa, eso es innegable. Sin embargo, cada rincón me recuerda a lo que dejé atrás en la isla, a las sombras de Dimitri y su oscuro mundo. Mis padres están emocionados, planeando cómo será nuestra vida aquí, pero yo me siento atrapada entre dos mundos, entre el deseo de olvidar y la imposibilidad de hacerlo.
Mientras camino hacia la entrada de la casa, una sensación de nostalgia y pérdida me invade. Sé que este es un nuevo comienzo, un lugar donde puedo sanar y reconstruir mi vida, pero la sombra de Dimitri sigue presente, recordándome que algunos lazos son difíciles de romper, incluso cuando sabes que deberías hacerlo.
El viaje en auto hacia la nueva casa en Nueva York parece eterno. Observo por la ventana los edificios imponentes y las calles llenas de vida. Mi padre, Luis, me indica que ya estamos llegando, y le respondo con una pequeña sonrisa que intenta ocultar la maraña de emociones que siento.
Mi mente no puede dejar de pensar en Dimitri. Aunque lo que viví con él fue una pesadilla, hay una parte de mí que lo extraña, que siente su falta de una manera confusa y dolorosa. Recuerdo sus palabras sobre la isla como mi nuevo hogar, y un sabor amargo se instala en mi boca.
Finalmente, el auto se detiene frente a una hermosa casa con un jardín encantador. Salgo junto a mis padres, quienes están radiantes de emoción y alegría al darme la bienvenida a casa. Intento compartir su entusiasmo, pero algo dentro de mí se siente desplazado.
La casa es hermosa, eso es innegable. Sin embargo, cada rincón me recuerda a lo que dejé atrás en la isla, a las sombras de Dimitri y su oscuro mundo. Mis padres están emocionados, planeando cómo será nuestra vida aquí, pero yo me siento atrapada entre dos mundos, entre el deseo de olvidar y la imposibilidad de hacerlo.
Mientras camino hacia la entrada de la casa, una sensación de nostalgia y pérdida me invade. Sé que este es un nuevo comienzo, un lugar donde puedo sanar y reconstruir mi vida, pero la sombra de Dimitri sigue presente, recordándome que algunos lazos son difíciles de romper, incluso cuando sabes que deberías hacerlo.
