Al día siguiente Lourdes se despertó y lo primero que le vino a la cabeza fue la amable camarera que la había ayudado el día anterior. Martina también la había besado y eso no era fácil de olvidar
Lourdes desbloqueo su teléfono y vio varias llamadas perdidas de Galo y un montón de mensajes. Gruñó viendo aquel nombre en su pantalla y tomó la decisión de bloquear su número pero antes abrió los mensajes y los leyó rápidamente
Una camarera, me vas a dejar por una simple camarera?
Lourdes suspiro frustrada y bloqueo su número y después se dejó caer de nuevo en su cama. Miró el techo contemplando los eventos de la noche anterior hasta que se tuvo que levantar para ir a trabajar. Salió de la cama y se preparo para su día, su mente no podía abandonar la imagen de Martina sonriendo detrás de la barra y conectando sus labios en aquel callejón
Lourdes era la directora de una empresa familiar de joyería que sus padres le habían dejado cuando se jubilaron unos años atrás. Le gustaba su trabajo, le gustaba la responsabilidad que venía con el y además le permitía hacer otras cosas con su vida. Gracias a la empresa vivía sin agobios y podía dedicar su tiempo libre a viajar, tocar la guitarra, la batería y disfrutar de su familia. A parte de todo eso, Lourdes había nacido para dar órdenes y ser una líder, por esa razón había terminado ella como directora en lugar de sus otros hermanos, Franco, Ariana o Delfina. Los cuatro eran dueños de la empresa a partes iguales pero Lourdes era la encargada de dirigirla
Aquella mañana entro en el edificio de Gonzalez Jewels y camino hasta su despacho, a su paso diferentes cabezas se giraron para saludarla y Lourdes sonrió a todo el mundo de vuelta. Podía ser una jefa intimidando cuando se enojaba pero era una persona amable la mayor parte del tiempo. Entró en su despacho y dejó caer su maletín en su enorme escritorio y fue directa a la esquina de la habitación donde había una pequeña cafetera y empezó a preparar una taza. Unos minutos después escucho unos golpes en la puerta
-adelante Mica- dijo lourdes mientras continuaba con su café
-buenos días Lourdes- dijo su secretaria, Micaela, entrando a la habitación con una sonrisa
-buenos dias- contesto la mujer con una sonrisa amable
Micaela se sento en una de las sillas que había frente al escritorio y empezó a recitar los compromisos que tenía programados para aquel día. Lourdes dejó una taza de café delante de Mica que le dedico una sonrisa y después tomo asiento en su silla con su propia taza en las manos
Cuando Mica terminó de hablar Lourdes asentía pero tenía la mirada perdida
-estas bien?- dijo mica sacándola de su trance
-si, si- lourdes se enderezó -por que?
-estas un poco distraída-
-estoy bien, ayer discutí con Galo- suspiro. Mica era su secretaria pero también una de su mejores amigas -y conocí a una mujer que me ayudó con el y no se, estaba pensando en eso-
Mica puso cara de preocupación -lourdes... por que lo viste?
-porque es un pesado- se recostó en su silla -insistió durante días diciéndome que teníamos que resolver algunas cosas, pensé que hablaba de los contratos del apartamento o algo pero fue una mala idea- suspiro -pero tengo malas noticias para ti Micaela
-que?-
-lo bloquee, así que si en el futuro tenemos que resolver algo vas a tener que lidiar con el
Mica volvió a sonreír -esas no son buenas noticias pero me alegra de que lo hayas bloqueado
Lourdes le sonrio y le pidió que volviera a decir los compromisos para hoy ya que no había prestado atención y Mica volvió a empezar
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Estar con ella- Martuli
Ngẫu nhiênQuien diría que besar a una desconocida en un callejón iba a cambiar su vida para siempre