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Lourdes había estado en aquella calle la noche que dejó a Martina en casa, pero ahora que estaba yendo al edificio su corazón latía a toda velocidad.

Después de trabajar había ido a casa a cambiarse de ropa porque no le pareció apropiado aparecer en traje. Estaciono y bajo del auto con una botella de vino en una mano y una bolsa en la otra. No quería ir con las manos vacías pero no tenía amigos con niños pequeños y no sabía que era apropiado llevar pero aquel peluche le pareció lo suficientemente adorable solo esperaba que a Isabella le gustara

Lourdes toco el timbre y la puerta se desbloqueo, después se dirigió al ascensor y subió al piso que Martina le había dicho. Ella la esperaba junto a isabella en la puerta

-hola lu- su sonrisa era gigante

Lourdes avanzo hacia ellas -hola mar- se giro hacia la niña -hola a ti también Bels

Martina alzó una ceja y la dejo pasar -todo el mundo me dice Marti pero tu me llamas Mar y todo eso mundo le dice isa o bella pero tu la llamas bels

Lourdes solto una risita -perdón?

-es tierno- dijo Martina dejando a la niña en el suelo que empezó a correr aunque sus pasos eran bastante inestables

-esto es para ti- dijo pasandole la botella de vino

-no hacía falta Lu- Marti la tomo con una sonrisa -pero te lo agradezco

Isabella comenzo a correr hacia lourdes hasta que choco con sus piernas e inclinó la cabeza hacia atras para mirarla. La ojiverde sacó el peluche de la pequeña bolsa que llevaba en la manos-y esto es para ti-

Los ojos de la niña se iluminaron cuando vio al perrito de peluche, a Lourdes le recordaron a la forma en la que se iluminaban los ojos de Martina

Isabella alzó los brazos y lourdes le paso el peluche, la niña inmediamente la abrazo contra su pecho

-asias-

Lourdes se derritió en aquel instante, no tenía contacto con niños normalmente, siempre le habían gustado pero cuando aquellos ojos marrones la miraron sintió que le temblaban un poco las piernas. Se agacho para quedar a la altura de la pequeña -de nada preciosa

Las mejillas de la niña se tornaron rosadas y se abrazo al peluche escondiendo parte de su cara detrás de él y después salió corriendo hacia el salón. Lourdes se llevó una mano al pecho y miró a Martina desde su lugar agachada en el suelo

-mar, me enamore-

Martina las miraba con una sonrisa con los brazos cruzados, solto una carcajada -isabella suele tener ese efecto en la gente-

Lourdes se levantó del suelo y siguió a Martina que sirvió dos copas de vino y le paso una mientras vigilaba a isabella, por suerte la cocina y el salón estaban conectados. Martina le agradeció a lourdes que viniese a cenar y antes de que lourdes pudiese decir algo una mujer preciosa apareció por el pasillo. Se acercó a isabella y la alzó en brazos haciéndola reír a carcajadas. La mujer dejó a la niña en el suelo y se acercó a ella con una sonrisa

-bri, esta es lourdes- dijo Martina cuando la mujer se acercó a ellas y lourdes se puso un poco nerviosa -lourdes esta es mi mejor amiga, Brisa-

La ojiverde extendió su mano ofreciéndola a la otra mujer pero la sonrisa había abandonado la cara de brisa que la estudiaba intensamente como si tratase de descifrar su cara

-Brisa?- dijo Martina sorprendida por la actitud de su amiga

-gonzalez? Lourdes Gonzalez?- dijo finalmente Brisa

Estar con ella- MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora