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UN AÑO DESPUÉS

Lourdes y Martina no tenían ningún interés en organizar una boda, solo querían estar casadas. Afortunadamente, Gabriela estaba encantada de encargarse

Durante los siguientes meses, les enviaba mensajes constantemente preguntando sobre detalles para la boda, como manteles blancos o color crema, rosas rojas o amarillas, y mesas redondas o cuadradas. La respuesta siempre era la misma "Lo que quieras Gabi", decía Martina, mientras que Lourdes gruñía "Mamá, si me preguntas una vez más por un mantel te juro que me caso en un estacionamiento"

El día de la boda llegó casi un año después de su compromiso y la ojiverde tenía que reconocer que su madre había organizado algo precioso. Ella se estaba preparando en una habitación con Angie, Ariana, Delfina y Micaela mientras que Martina hacía lo mismo al otro lado del pasillo con Brisa y Guadalupe

La puerta se abrió de golpe y Lourdes se giró para ver a Isabella entrar con un vestido precioso.

-¡Mamá!- Dijo la niña mirándola con los ojos muy abiertos -Estás hermosa-

La, ahora, colorada sonrió y se agachó abriendo los brazos para abrazar a su hija -vos estás preciosa Bells-

-Mami también está hermosa, me dijo que no la podías ver hasta la boda-

-Es la tradición- Dijo Lourdes ajustando la diadema que descansaba en la cabeza de la niña.

-¿Estás nerviosa? Mami dijo que no estaba nerviosa-

-¿No? ¿Qué más te dijo?- dijo con una sonrisa

-Me dijo que no podes estar nerviosa cuando te casas con el amor de tu vida, no hay nervios solo emoción-

Lourdes sintió calor en su pecho escuchando las palabras de su hija -Mami tiene razón-

Isabella se acercó un poco más y rodeó el cuello de su madre con sus bracitos -yo sí que estoy nerviosa, hoy voy a ser una Gonzalez-

Lourdes le devolvió el abrazo tratando de controlar sus emociones para no arruinar su maquillaje. Ella y Martina decidieron que durante la ceremonia firmaría los papeles de adopción delante de todos sus amigos y familia.

-Hoy firmamos los papeles- se separó un poco -Pero ya sos mi hija-

-Lo sé- Dijo la niña con una sonrisa -Pero me gusta el nuevo apellido-

Lourdes sonrió y dejó un beso en su frente -Te quiero-

-Y yo mami-

En ese momento Franco se asomó a la puerta -Acá estás, llevo cinco minutos buscándote-

La ojiverde se incorporó y miró a su hermano que la miraba con la boca abierta -Lu, estás preciosa-

-Gracias- Dijo la mujer sonriendo.

Su hermano entró en la habitación y alzó a Isabella en brazos haciendola reír y la colocó sobre su hombro como si fuese un saco y la niña comenzó a mover las piernas.

Lourdes los vio salir de la habitación con una sonrisa.

-¿Lista para casarte con el amor de tu vida?- Dijo Angie poniendo una mano en su hombro

-Más que lista-

La colorada se preparó para caminar por el pasillo hacia el altar, tomada del brazo de su padre. Martina insistió en que ella debía ir primero, ya que no tenía a su propio padre para acompañarla, pero Lourdes se negó. La empresaria había soñado con verla avanzar hacia ella desde que se conocieron, y además tenía una pequeña sorpresa para su futura esposa.

Una vez en el altar, Fabian besó la mejilla de Lourdes antes de sentarse junto a Gabriela. La puerta se abrió y Lourdes vio a Martina al final del pasillo, sabiendo que las lágrimas eran inevitables en ese momento. La, ahora, morocha iba a comenzar a caminar, pero entonces Nicolas apareció a su lado y le ofreció su brazo con una sonrisa. La ojiverde vio la emoción en el rostro de su prometida al tomar la mano del hombre que la había ayudado y protegido cuando más lo necesitaba.

Martina comenzó a caminar con sus ojos clavados en los de Lourdes. El pasillo hasta el altar se hizo eterno, pero finalmente estaba delante de ella y ella le ofreció su mano sintiendo una corriente eléctrica cuando sus dedos se tocaron.

La ceremonia fue borrosa para Lourdes, no podía concentrarse, solo mirar a Martina, y sospechaba que para la otra mujer había sido parecido. Temía que sus votos sonaran indecisos si su voz comenzaba a temblar pero cuando llegó el momento de dirigirse a Martina, no titubeó ni un segundo. Cuando llegó la hora de los anillos, la morocha deslizó la alianza en su dedo y Lourdes sintió una sensación de pertenencia que no podía explicar. Antes de besar a su esposa, llegó el momento de firmar los papeles de adopción, Isabella parecía extremadamente nerviosa mientras se acercaba con los documentos firmemente sujetos entre sus manos.

Lourdes colocó una mano en el hombro de Isabella para tranquilizarla y la niña la miró con aquellos ojos marrones que la dejaron temblando por lo similares que eran a los de Martina. Ariana colocó un pequeño taburete de madera en frente del altar para que pudiera ver mientras sus madres formalizaban la adopción. Lourdes firmó los papeles, después Martina hizo lo mismo y finalmente la ojiverde trazó una tercera línea debajo de sus firmas y le pasó la pluma a Isabella que la miró con los ojos muy abiertos.

-Firma ahí Bells-

La niña tomó la pluma con cuidado y llevó su mano al papel. Martina se inclinó sobre su oreja susurrando las distintas letras que componían su nombre ya que sabía que estaba nerviosa. Cuando terminó se podía leer ISABELLA con letras temblorosas y Lourdes sonrió.

-Perfecto- Dijo sonriendo y la niña le devolvió la sonrisa.

Ambas mujeres sujetaron a Isabella cada una de una mano y finalizó la ceremonia. Cuando por fin Lourded pudo inclinarse y besar a Martina sintió una felicidad que no pensaba que fuera posible tener

Las dos recorrieron el pasillo con Isabella entre ellas sujetando sus manos mientras sus familiares y amigos sonreían y aplaudían. Tras cruzar la puerta que las separaba del resto de la gente, Lourdes exhaló y dejó que una sensación recorriera su cuerpo, estaba casada con Martina, después de todo, lo habían conseguido.

La ojiverde soltó la mano de Isabella y tomó a su esposa por las mejillas y la besó de nuevo, cuando se separaron, las dos sonreían -Te amo- Susurró sobre sus labios

-Yo más-

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Lourdes y Martina decidieron alejarse de su propia fiesta tomadas de la mano en busca de un lugar más privado.

Martina habia susurrado en el oído de Lourdes -Quiero besar a mi esposa- y ella la llevó rápidamente a otro lugar

Ambas reían mientras caminaban por los pasillos. Lourdes intentó abrir una puerta, pero estaba cerrada, así que continuaron hasta encontrar otra. Martina abrió la puerta y se encontró con Ariana besando a su hermana. Martina empujó a Lourdes para cerrar la puerta, sorprendida por lo que acababa de ver.

Unos segundos despues, Ariana salió de la habitación completamente avergonzada

-¿Ari?- Lourdes la miro sorprendida -¿Con quién estabas adentro?-

-No... ¿No nos viste?- Respondió Ariana

La ojiverde negó -Solo entró Mar. ¿Qué está pasando?-

En ese momento Guadalupe salió de la habitación con la misma expresión avergonzada que había mostrado Ariana, y la mandíbula de Lourdes se abrió tanto que Martina temió que se desencajara



















Estar con ella- MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora