Martina se despertó sobresaltada y totalmente desorientada. Se dio cuenta de que estaba en su auto, todavía en el estacionamiento del hospital. Había estado dormida ahí. Giró la cabeza y vio a Ariana, quien había golpeado su ventana para despertarla.
Martina desbloqueó las puertas y Ariana abrió -Dijiste que te ibas a casa a dormir ¿Qué haces aca?-
La rubia suspiró -Cerré los ojos un momento y... me quedé dormida-
-Te llevo a casa- ofreció
Martina no protestó y salió del auto para dirigirse al otro asiento mientras la hermana de Lourdes la llevaba a su casa, una casa vacía porque su hija y su hermana estaban con los Gonzalez. Ariana estaciono y Martina se giró para mirarla.
-¿Podes entrar un rato? No... quiero estar sola-
-Claro- respondió la joven sacándose el cinturón.
Las dos entraron y Martina se dirigió directamente al sofá, donde Ariana se sentó a su lado -estoy preocupada por vos-
-¿Por mí? Yo estoy preocupada por Lourdes-
-Lourdes tiene a todo un equipo de médicos y enfermeras, y te tiene a vos y al resto de nosotros- dijo tratando de tranquilizarla. Martina suspiró cerrando los ojos -Tengo miedo de que... te quedes dormida al volante, o... de que enfermes. Vas del hospital a la empresa y de la empresa a casa de mis padres para estar con Isabella, ¿Cuándo fue la última vez que dormiste en una cama y no en la silla de la habitación de Lourdes?-
La rubia no respondió, y Ariana iba a seguir hablando, pero fue entonces cuando escuchó un sollozo y vio que su cuñada había comenzado a llorar desconsoladamente. La morocha se apresuró a abrazarla fuerte mientras Msrtina se rompía entre sus brazos.
-Estoy acá, suéltalo todo- decía acariciando su espalda.
Martina lloró durante lo que parecieron horas, pero Ariana no se movió de su lado y cuando por fin se separó de ella, su cara estaba hinchada y sus ojos rojos -¿Por qué a tu hermana? No... no se merece esto... no...-
-Nadie tiene la respuesta a esa pregunta, pero lo importante es que dijeron que se va a poner bien, y es una luchadora, todo va a salir bien- Martina apoyó la cabeza en su hombro -Pero no puedo dejar que en un intento de cuidar a Lourdes te pase algo a vos. Tenes que descansar, por ti y también por Isabella, Guada y por Lourdes, no podes ayudarla si tenes un accidente-
Martina sabía que tenía razón, pero estaba tan desesperada que no sabía qué hacer.
-Solo te pido que descanses- dijo Ariana -Que comas, que... no vayas a la oficina-
-Pero soy la directora y me siento mal y...-
-Y Lara se hará cargo hasta que vuelvas-
-Está bien- contestó derrotada, sabiendo que no podía continuar como hasta ahora.
-Y ahora date una ducha y métete en la cama, sin alarmas, y cuando despiertes te prepararé algo de comer-
-Pero...-
-Nada de peros- Ariana la interrumpió -Cuidas a todo el mundo y ahora voy a cuidarte yo, no puedo dejar que le pase nada a la futura esposa de mi hermana-
Y Martina no protestó más. Hizo lo que Ariana le pedía y tras la ducha se metió entre las sábanas y casi se puso a llorar de nuevo cuando el olor de Lourdes invadió sus fosas nasales. Se colocó sobre la almohada de su prometida y cerró los ojos.
---
Cuando despertó sintió una mano sobre su hombro y vio que Ariana estaba a su lado -Marti despierta-
ESTÁS LEYENDO
Estar con ella- Martuli
RandomQuien diría que besar a una desconocida en un callejón iba a cambiar su vida para siempre