Martina caminaba por el pasillo hacia la habitación de Lourdes, con Isabella sosteniendo su mano.
-Recuerda, tenes que tener cuidado con mamá- le recordó a la niña.
Isabella asintió y Martina la dejó pasar, cerrando la puerta tras ellas. Lourdes estaba acostada en la cama con los ojos cerrados.
-¿Está dormida?- preguntó la niña
-Sí- susurró
Isabella se acercó a la cama de Lourdes y la observó por un momento. Había pasado bastante tiempo desde su última visita al hospital, cuando los ataques de la ojiverde comenzaron a empeorar.
-Mami- susurró -¿puedo acostarme?-
Martina asintió y ayudó a Isabella a sentarse en la cama. La niña gateó hasta acostarse junto a Lourdes, observando su rostro como si estuviera esperando que despertara. Colocó su pequeña mano sobre el hombro de la castaña y, al instante, la mujer abrió los ojos.
-Bells- dijo Lourdes, extendiendo sus brazos para abrazar a la pequeña que se subió sobre su torso.
-Mamá, te extrañaba- dijo Isabella sin soltarla.
-Y yo a vos, muchísimo-
Isabella giró la cabeza y se incorporó un poco -¿Dónde te duele?-
Lourdes no sabía cómo explicar su enfermedad a una niña tan pequeña, así que simplemente señaló su cabeza. Isabella colocó sus manos en las mejillas de Lourdes y le dio un beso en la nariz, como tantas veces antes.
-¿Mejor?-
-Mucho mejor, gracias- dijo con una sonrisa.
Martina se acercó y tomó una de las manos de la castaña.
-¿Podes venir a casa, mamá?- preguntó Isabella apoyando su cabeza en el pecho de Lourdes
-La tía Guada me va a ayudar, y pronto volveré a casa. Solo serán unos días más- respondió esperando decir la verdad, aunque estaba aterrorizada de tener más complicaciones. Isabella vio a Tommy acostado junto al lado derecho de Lourdes -Gracias por compartir a Tommy conmigo- tomo el peluche y lo coloco sobre su pecho junto a la niña -Me ayudó mucho-
-¿De verdad?-
-Sí, muchísimo-
-Podes quedártelo- dijo Isabella acariciando su peluche favorito -Tenes que ponerte bien y volver a casa-
La ojiverde pasó la siguiente hora abrazada a su hija, empapándose de la presencia de la pequeña, hasta que finalmente llamaron a la puerta de su habitación y entraron Gabriela y Guadalupe. Los Gonzalez habían conseguido una habitación doble mucho más grande para que Guadalupe y Lourdes puedan recuperarse juntas después del trasplante.
-Hola- Martina las abrazo -¿Ya te registraron?- preguntó a su hermana
Guada sonrió, mostrando su pulsera de hospital, y se sentó en la cama al otro lado de la habitación -¿Preparada para compartir habitación conmigo, Luli?- bromeó la joven.
-Más que preparada, pero todavía pued...-
-Sí, puedo decir que no quiero donar y seguirás queriéndome igual- interrumpió
Lourdes sonrió y volvió a pasar su mano por la espalda de Isabella
Unos minutos después, Fabian entró con la mochila de Guada y la dejó junto a la cama de la joven -Gracias- dijo con una sonrisa.
Fabian le guiñó un ojo y se acercó a la otra cama para dejar un beso en la frente de Lourdes. Los seis pasaron un rato más allí, pero la empresaria comenzó a ponerse nerviosa por temor a que Isabella presenciara uno de sus episodios.
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Estar con ella- Martuli
De TodoQuien diría que besar a una desconocida en un callejón iba a cambiar su vida para siempre