A Lourdes le dieron el alta a primera hora de la mañana y sabía que Martina estaba durmiendo ya que había trabajado hasta el cierre así que llamo a Brisa mientras se apoyaba en el asiento trasero del auto de sus padres
-hola luli, como estas?-
-bien bri, gracias pero tengo que pedirte un favor-
-escucho-
-me acaban de dar el alta-
-en serio? Martina va a estar emocionada-
Lourdes sonrió -quería darle una sorpresa, crees que podes traerla a mi casa con Bells?-
-si, yo me encargo-
Después de despedirse de Brisa se dio cuenta de que estaba llegando a su casa. Había extraño aquel lugar después de tantos días en el hospital
Sus padres la ayudaron a acomodarse y se sentó en el sofá ofa porque le habían dicho que no hiciera mucho esfuerzo. Un rato después su mamá entró al living y se sentó a su lado
-tu papa y yo tenemos que ir por ropa y algunas cosas para quedarnos, viene Martina verdad?-
-si- respondió Lourdes sonriendo -Brisa me envió un mensaje, van a llegar en diez minutos-
-entonces te importa si nos vamos mientras ella te visita?-
-no, aunque no se si querrás irte-
-por que?- pregunto Gabriela con curiosidad
-viene Isabella-
Gabriela salto de emoción del sofá -¡Fabian, vas a conocer a la pequeña!- grito mientras desaparecía por el pasillo en busca de su marido
Lourdes escucho un auto estacionarse delante de su casa y se puso de pie caminado a la entrada -que hacemos acá?- escucho la voz de Martina a través de la puerta
-Lourdes me llamo mientras dormias, dijo que hay un bolsa con ropa en la entrada y me pidió que la lleváramos al hospital
-por que no la llevaron sus papas? Como vamos a entrar?-
Lourdes sonrió ante lo confusa que parecía Martina y decidió abrir la puerta. La rubia la vio con los ojos abiertos
-sorpresa- dijo la ojiverde
Martina llevaba a Isabella en brazos pero la niña estaba dormida así que con cuidado de no aplastar a su hija abrazo a la ojiverde -te dieron el alta- dijo cuando se separo y Lourdes asintió recibiendo a Brisa también en un abrazo.
Ambas entraron a la casa pero Brisa se quedo en la puerta -yo voy a hacer unas compras, vuelvo en un rato, nada de cochinadas- sin decir nada más la pelinegra subío al auto de Lourdes
-tenemos que devolverte tu auto- dijo Martina
La castaña se rio -no puedo manejar, así que no te preocupes por eso-
Lourdes tomó la mano libre que tenía Martina y la arrastro hasta el sofá donde dejó a Isabella con cuidado sobre la parte más ancha para evitar que puedira caerse. Cuando se enderezó volvió a abrazar a Lourdes
-me alegro de verte fuera de ese hospital-
-yo igual- respondió Lourdes apretandola fuerte
-hola mija- escucho la voz de la mamá de Lourdes
Martina se separo y vio a Gabriela y Fabian acercarse a ella. La camarera saludo a los dos y cuando se giro vio como Lourdes tapaba a Isabella con una manta que tenían en el sofá
-es preciosa Marti- dijo Fabian acercándose a Isabella
-gracias- respondió la rubia
-tenemos que ir a preparar una maleta para quedarnos con Lourdes unos días informo Gabriela caminando hacia la puerta seguida de Fabian -la podes vigilar en lo que volvemos?- señaló a Lourdes que puso los ojos en blanco
-no necesito que me vigilen-
-yo me ocupo Gabi- dijo Martina sonriendo
Lourdes frunció en ceño cruzándose de brazos mientras sus padres salían de su casa -no necesito una niñera-
Martina se acercó a ella y puso sus manos en la cintura de la ojiverde -seguro? Creo que podría ayudarte a sentirte mejor
Lourdes abrió la boca sorprendida por el tono sugerente que había usado. Martina solto una risa cuando la vio
-no seas mal pensada aunque... algún día también me gustaría hacerte sentir bien de esa manera- dijo alzando las cejas
La ojiverde seguía con su expresión de sorpresa y Martina volvió a reír
-me vas a matar algún día- dijo Lourdes y puso sus manos en el cuello de Martina atrayendola más cerca para besarla -quiero enseñarte mi estudio y el resto de la casa nunca te enseñe todo como es debido- Martina asintio y tomó la mano de Lourdes -estará bien ahí?- pregunto señalando el sofá
-si, solo tenemos que dejar las puertas abiertas por si nos llama pero creo que dormirá un rato más-
Lourdes asintio y la llevo hasta su estudio. Era una habitación con una enorme mesa llena de útiles de dibujo y pintura. Junto a la ventana había un atril y había varios lienzos en las paredes. Martina solto su mano y observo casa detalle -wow, siempre soñé con un lugar así-
Lourdes sonrió apoyándose en el marco de la puerta -por eso quería enseñárselo, podes venir a dibujar acá siempre que quieras- Martina seguía mirando la colección de lápices y pinturas que había en una estantería y sonrio pasando sus dedos por ahí -dibuja algo- abrió una de sus libretas de dibujo y busco una hoja en blanco. Martina la miro dudosa -lo que sea-
Lourdes le dio la libreta y la empujó hasta la mesa para que se siente. Martina parecía nerviosa tiro de Lourdes para que se sentará también -vos también, yo dibujo algo para vos y vos algo para mi
Lourdes sonrió y se sentó frente a ella tomando otra libreta para ella -no se que hacer- murmuró Martina mirando la hoja en blanco
-lo que sea mar- dijo Lourdes y dejó un beso en su mejilla
La empresaria se agacho sobre su página empezando a dibujar pero tapando con su brazo para que Martina no pueda ver nada. La camarera suspiro y empezó a dibujar también
Pasaron unos minutos y Martina levanto la vista del papel viendo que Lourdes ya no estaba dibujando
-ya terminaste?-
-hace diez minutos- dijo Lourdes sin dejar de sonreír
-déjame ver-
-vos primero-
Martina le paso la libreta y vio un dibujo de ella misma, la castaña estaba sorprendida era increíblemente detallado para el poco tiempo que había tenido para hacerlo y se sintio realmente alagada viendo aquella imagen
-mar... esto es increible- murmuró atónita
Martina no solía enseñar sus dibujos y sintió el calor en sus mejillas, no estaba costumbrada a este tipo de cumplidos -gracias pero ahora tengo que ver el tuyo
Lourdes se puso un poco nerviosa y le paso la libreta. En ella no había un dibujo, había una frase en letra cursiva -queres ser mi novia?- las palabras estaban rodeadas de dibujos de flores junto con unos corazones
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Estar con ella- Martuli
De TodoQuien diría que besar a una desconocida en un callejón iba a cambiar su vida para siempre