Martina regresó a trabajar tres días después, tras asegurarse de que su hermana acudía a la primera sesión de terapia. Gabriela se había ofrecido a pasar el día con Guadalupe y ella estaba eternamente agradecida ya que su hermana no empezaba en su nuevo instituto hasta dentro de unos días y no quería dejarla sola.
Tras dejar a Isabella en la guardería subió hasta su planta y saludó a su equipo con una sonrisa. Se sentía mal por haber perdido tantos días de trabajo cuando acababa de incorporarse, pero no podía hacer nada para cambiar lo que pasó con su hermana
Por fin, a media mañana, pudo tomar un descanso y decidió subir a saludar a Lourdes, ya que desde la llegada de su hermana no habían pasado mucho tiempo juntas. Mientras se dirigía a los ascensores, dos mujeres estaban delante de ella esperando. Martina se quedó a unos metros de distancia, distraída, hasta que la conversación de las mujeres llamó su atención.
-Si te acuestas con la dueña de la empresa, tenes vacaciones cuando quieras-dijo una de las mujeres.
-Es increíble, primero mete a su novia en la empresa y un mes después desaparecen las dos durante una semana sin ni siquiera avisar-comentó la otra.
La rubia frunció el ceño y se cruzó de brazos.
-Dicen por ahí que es una madre soltera, no sé cómo pudo seducir a Gonzalez, ni siquiera sabía que a la jefa le gustaban las mujeres, Galo estaba buenísimo- agregó una de ellas.
Las puertas del ascensor se abrieron y las dos mujeres entraron, pero al ver a Martina se pusieron tensas. Ella dejó caer los brazos y entró con la cabeza alta.
Notó que las mujeres no habían pulsado ningún botón, así que giró la cabeza -a que piso?- pregunto
-Emm... al último- respondió una de ellas.
Martina alzó una ceja, sabiendo que en esa planta estaba el despacho de Lourdes. Tras pulsar el botón, las puertas se cerraron y un incómodo silencio llenó el espacio. Cuando las puertas se abrieron de nuevo se apartó para dejarlas salir primero.
Las dos mujeres parecían tremendamente incómodas. Martina negó con la cabeza y estaba a punto de dirigirse al despacho cuando Micaela la interrumpió.
-Marti- ella se giró y recibió el abrazo de su amiga -¿Cómo está tu hermana? Me alegro de que haya salido del hospital-
La rubia giró la mirada para comprobar que las mujeres habían escuchado y su reacción confirmó que sí.
Está mejor Mica, gracias por preguntar-, respondió con una sonrisa, olvidándose por un momento de las mujeres.
-Cuando Lourdes me dijo que estaban en el hospital de Rosario me preocupé muchísimo- continuó
La ojimarron tomó la mano de la secretaria. -Gracias por todo Mica, Brisa me dijo que ayudaste con Isa y también con Angie- rio levemente
En ese momento, Micaela pareció percatarse de las otras dos personas -¡Hola chicas! ¿Conocen a Martina? Martina, estas son Aldana y Sara del departamento legal, tienen una reunión ahora con nosotras- dijo sin saber lo que había pasado instantes antes.
-Martina Benza- se presentó dando un paso adelante y extendiendo su mano. Las dos mujeres estrecharon la mano sin decir nada.
-Si Lu tiene una reunión no la voy a molestar-dijo la rubia dirigiéndose a Mica
-No, pasa- respondió señalando la dirección del despacho. -Tienen una reunión conmigo y con la segunda asistente de Lourdes, no con ella-
-Está bien- Tras abrazar a Mica, se dirigió a la puerta sin despedirse de las mujeres.
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Estar con ella- Martuli
CasualeQuien diría que besar a una desconocida en un callejón iba a cambiar su vida para siempre