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A la mañana siguiente no había sonrisas para nadie cuando la directora de Gonzalez Jewels entró por la puerta de su oficina. Incluso Micaela alzó una ceja cuando vio a Lourdes entrar a su despacho con cara de pocos amigos y cara de querer pegarle a alguien. Micaela entró tras ella sin esperar unos minutos como hacia normalmente

-estas bien?- dijo sin molestarse en llamar a la puerta

-no- dijo Lourdes -pero no quiero hablar del tema- dijo de espaldas a ella -que hay en la agenda para hoy?

-Lour...- empezó a decir pero Lourdes se giro y le dedico una mirada hostil

-la agenda, no quiero hablar dije-

Micaela suspiro y volvió a su mesa por su agenda y su tablet, volvió a despacho de lourdes. Cuando terminó de repasar con ella el día, Micaela se levanto para salir de ahí

-solo quiero saber... paso algo con Galo?- dijo antes de salir

Lourdes alzó la vista y miro a su secretaria y su mirada se suavizo un poco ante la preocupación de la otra mujer -no paso nada con Galo, lo prometo, estoy bien-

Mica asintio y la dejo sola en el despacho

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Durante la siguiente semana la frustración de Lourdes fue aumentando, estaba enojada consigo misma porque Martina era una absoluta desconocida pero todavía le dolía el rechazo, no la conocía de nada, no sabía nada sobre ella, pero no podía dejar de pensar en sus ojos marrones y en su sonrisa radiante

Era miércoles y lourdes sentía que se iba a ahogar en aquella oficina así que cuando llegó la hora de la comida decidió salir a tomar aire. Camino hasta un parque que estaba un poco alejado de la empresa y se dejó caer en uno de los bancos absorbiendo los rayos del sol sobre su cara. Pasó ahí casi media hora y en ese momento su estómago comenzó a hacer sonidos. Lourdes miro el reloj, tenía que volver al trabajo y no le daría tiempo ir a una restaurante así que cruzo la calle dirigiéndose a un supermercado que había al otro lado del parque

Lourdes entró buscando un sándwich que comer de camino a la oficina. Estaba concentrada en su búsqueda de algo rápido que llevarse a la boca por lo que no le prestaba atención a su entorno. Finalmente encontró lo que buscaba y se agacho a tomar uno de los sándwiches del estante inferior, en ese momento sintió algo pegajoso tocar su mejilla. Se giro rápidamente y se encontró como una niña de ojos marrones que había decidido tocar su cara

Lourdes clavo los ojos en los de la niña, era muy pequeña y le sonreía mientras su mano seguía en la mejilla de lourdes. De repente la niña desapareció delante de ella y se dio cuenta de que su madre la había alzado en sus brazos para apartarla de ella

-lo siento muchísimo- dijo aquella mujer y lourdes se congelo escuchando aquella voz y se levantó del suelo para encontrarse con Martina que no la miraba a ella miraba a la niña que tenía en brazos tratando de limpiar sus manos con una toalla húmeda

-lo siento de verd... lourdes?- dijo Martina cuando la reconoció

Lourdes estaba inmóvil frente a ella con un sándwich en la mano y alguna sustancia pegajosa no identificada en su mejilla. Pero la mujer sólo podía mirar a Martina delante de ella, sus ojos iban de la mujer a la niña en sus brazos pero no decía nada

La empresaria se dio cuenta de que se había quedado mirandola y sacudió la cabeza -hola... hola Mar-

Martina estaba tan sorprendida como ella y también tuvo que salir de trance antes de hablar -lourdes quería hablar contigo del otro día en el bar-

-no hace falta- dijo la ojiverde alzando su mano libre -no te preocupes, estuve fuera de lugar, olvídalo-

-no puedo olvidarlo- dijo Martina y lourdes alzó las cejas -solo quería decirte que me hubiese encantado decir que si... pero mi vida es complicada- Martina le dedico una sonrisa torcida e inclinó su cabeza en la dirección de la niña que tenía en brazos -pero necesito que sepas que... en otras circunstancias.... me hubiese encantado salir con vos

Estar con ella- MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora