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A las diez menos cuarto Lourdes entró en el bar y estaba nerviosa. Vio a Nicolas cerca de la puerta y le sonrió, el parecía sorprendido de verla pero la saludo con la mano

Se dirigió a su sitio habitual en la barra, por suerte estaba libre y se sento. Martina estaba sirviendo varias copas y todavía no la había visto. Lourdes la observo durante unos segundo hasta que Martina giro la cara y se encontró con los ojos de la castaña, se quedó parada en su lugar y un segundo después sonrio y Lourdes hizo lo mismo

Martina camino hasta ella -lu

-hola mar- dijo la ojiverde

Martina la miraba fijamente como si no se pudiera creer que estuviera ahí de verdad pero su cruce de miradas fue interrumpido cuando pusieron una cerveza delante de Lourdes y las dos se giraron para mirar a Nicolas que ahora estaba detrás de la barra

Martina salió de su trance y vio a otro cliente tratando de llamar su atención ya que quería algo de beber -ahora vengo-

Lourdes asintio y la siguió con los ojos, el bar estaba lleno y durante los siguientes minutos Martina no pudo hablar con ella pero Lourdes estaba conforme con verla trabajar. Cuando la rubia volvió le sonrió -ya es la hora, vuelvo en dos minutos-

Lourdes no dijo nada y finalizó su cerveza sacando su billetera de su bolsillo. Nicolas volvió a aparecer delante de ella -guarda eso- dijo señalando la billetera -está todo bien con vos y Martina?

-es complicado- dijo Lourdes suspirando -pero estoy intentando arreglarlo

-me caes bien pero recuerda lo que te dije, no le hagas daño- Nicolas estudio su cara -aunque tampoco me gustaría que ella te haga daño-

Lourdes le dedico una sonrisa torcida -Martina es un rompecabezas, pero estoy intentando descifrar lo que quiere de mi, es difícil que te lo diga- Nicolas no pudo evitar reír- pero estoy intentando hacer las cosas bien-

-confío en vos- dijo el separándose de la barra -me alegro de verte de nuevo

En ese momento Martina apareció a su lado -estoy lista

Lourdes se levantó y le ofreció su mano, como siempre hacia cuando salían del bar, Martina sonrió y entrelazando sus dedos. Cuando llegaron afuera la ojiverde no la solto y la rubia sonrió una vez más

-Brisa me dijo que no le importa vigilar a Bells hasta que vuelvas, queres venir a mi casa? Me gustaría hablar con vos-

-si- dijo Martina que estaba nerviosa ante la idea

Lourdes sonrió, la llevo hasta el auto y después condujo en silencio hasta su casa. Martina miraba por la ventana pensativa y Lourdes decidió dejarla organizar sus pensamientos

-es aquí- dijo la ojiverde parando delante de una casa preciosa

-wow- dijo Martina

Lourdes sonrió y salio del auto, las dos entraron y Lourdes la llevo hasta el salón. Martina observaba todo lo que había a su alrededor. Las fotos de Lourdes con sus hermanos y sus padres, la guitarra que colgaba de un soporte en la pared, a su lado una bateria y un piano que estaba en una esquina le llamo la atención. Martina se quedó parada reconociendo una cara en un marco que descansaba en la estantería. Era Isabella corriendo por el parque el día que habían ido a pasear

-queres algo de cenar?- dijo Lourdes llamando su atención

-no te preocupes- dijo Martina pasando sus dedos por la foto de su hija

-queres o no? Porque yo si quiero- dijo la empresaria sonriendo

Martina sonrió dejando la foto en el lugar -pizza?

Estar con ella- MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora