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Tras su película de medianoche Lourdes acudió en varias ocasiones al bar para llevar a la mujer de pelo rubio a su casa. Martina siempre la invitaba a subir y ponía una película en la televisión a la que nunca le hacían caso ya que terminaban hablando hasta la madrugada. En alguna ocasión Lourdes declino la oferta de subir al apartamento cuando tenía reuniones temprano al día siguiente pero en esas raras ocasiones a Martina se le llenaba el corazón de felicidad sabiendo que la ojiverde se molestaba en ir hasta el bar solo para llevarla a casa

Aquella noche Martina entró en el bar unos minutos antes de las diez para empezar su turno y lo primero que vio fue a Lourdes sentada en la barra con una cerveza en la mano. Lourdes y ella se escribían mensajes durante el día pero a veces la castaña no le avisaba si iba a ir a buscarla para darle una sorpresa pero esta era la primera vez que Lourdes venía sin avisar un día en el que trabajaba el turno de las cuatro de la mañana

-lu- dijo acercándose a ella y poniendo una mano en su espalda

Lourdes dio un pequeño respingo y dejó la cerveza en la barra -trabajas hasta el cierre- dijo la mujer de ojos verdes con tristeza

-si- dijo Martina, la decepción era evidente en la cara de la otra mujer

El bar estaba especialmente tranquilo, solo había una docena de clientes. Así que Martina se pudo permitir el lujo de hablar con Lourdes mientras trabajaba y organizaba cosas detrás de la barra aprovechando que había poco trabajo. Martina le dijo que se podía ir pero ella se negó. Cuando llegó la medianoche Lourdes estaba con la cabeza apoyada en su mano mientras intentaba mantener los ojos abiertos. Sabía que ella se levantaba muy temprano para ir a trabajar así que tenía que estar agotada

-lu- dijo Martina haciéndola enderezarse en la barra -anda a casa

-no- dijo lourdes -estoy bien

-te estas quedando dormida- Martina sonrió

-entonces sirveme un café por favor, tienen café en un bar?-

-lourdes anda a dormir

-no-

-por que?-

-te voy a llevar a casa- respondió lourfes

Martina solto una carcajada -de verdad crees que vas a aguantar cuatro horas más acá?-

-cuatro horas?- dijo lourdes mirando el reloj -todavía faltan cuatro horas?-

Martina volvió a reír-anda a casa

-pero mar...-

-por favor, mañana tenes que trabajar temprano- lourdes se cruzo de brazos -escucha- Martina se apoyo en la barra para estar más cerca de ella -mañana tengo día libre, si te vas a dormir podemos vernos por la tarde cuando salgas de trabajar y vas a poder ver a Isabella

Los ojos de Lourdes se iluminaron ante la mención de la pequeña, siempre que iba al departamento de Martina era de noche y la niña estaba dormida

-y si no me voy?- dijo lourdes alzando una ceja

-entonces mañana estarás cansada y no podrás salir con isabella y conmigo después de trabajar

La ojiverde suspiro -hagamos un trato-

-escucho- dijo Martina sonriendo

-yo me voy- dijo lourdes -en taxi- dejo las llaves de su auto en la barra -y vos vas a volver a casa en mi auto para que yo no esté preocupada-

-Lourdes no hace falta- dijo la rubia sacudiendo la cabeza

-por favor- dijo lourdes

-no me voy a quedar con tu auto-

-mañana vas a buscarme al trabajo y asi me lo devuelves- dijo lourdes empujando las llaves en su dirección -por favor

-yo voy a ir en taxi, te lo prometo- dijo Martina

-las cuatro de la mañana es muy tarde mar, incluso para esperar un taxi, además y si el taxista está loco o algo?-

-y si tu taxista esta loco?- rebatio martina

-por favor- repitió lourdes -me quedo tranquila

Martina suspiro -esta bien, a que hora salis mañana?-

La sonrisa de lourdes se iluminó -a las cinco pero soy la jefa asi que a las cuatro

Martina solto una carcajada -a las cuatro te veré ahí- Lourdes asintio y se levantó de su lugar -espera, donde es? No se donde trabajas

-solo busca en el teléfono Gonzalez Jewels- dijo lourdes poniéndose la campera -la dirección está en Internet

Martina asinfio y metió las llaves en su delantal -gracias por esto lourdes, no tenes que preocuparte tanto por mi

Lourdes no dijo nada pero le sonrio y puso una mano en la barra. Martina puso la suya encima y lourdes le dio un apretón -buenas noches mar, nos vemos mañana a las cuatro

-buenas noches lu-

Martina la siguió con la vista y vio como ella paraba para decirle algo a Nicolas que estaba sentado en una mesa con unos papeles delante de el. El hombre asintio y lourdes salió por la puerta

Martina sirvió otra cerveza a uno de los clientes y camino hasta su jefe -que te dijo?-

-que?- dijo Nicolas levantando la vista de las facturas que tenia delante

-Lourdes, antes de salir-

El sonrió -que me asegure de que llegues sana y salva al auto cuando cerremos-

Martine negó con la cabeza pero no pudo evitar sonreír ante la preocupación de la otra mujer. Nicolas dejó las facturas que estaba leyendo delante de él para mirar a Martina -están juntas?-

-no- respondió

-por que?-

-es complicado-

-por que?- repitió su jefe y Martina se cruzo de brazos

-tengo a isabella-

Nicolas negó con la cabeza -es tu vida Benza, pero me gusta Lourdes, te cuida

Martina agradeció la distracción cuando vio que uno de los clientes que había en el bar levantaba la mano pidiendo otra copa -me tengo que ir-

-es una de las buenas, no la dejes escapar- dijo Nicolas, Martina lo miro pero el estaba de nuevo organizando las facturas

Aquella noche cuando Martina volvía a casa en el auto de Lourdes trato de recordar las razones por las que se negaba a salir con la mujer de ojos verdes, en aquel momento no podía pensar en ninguna



















Estar con ella- MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora