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Lourdes entró en Gonzalez Jewels empujando el cochecito de su hija, con Martina a su lado. Habían pasado cuatro meses desde su nacimiento y hoy era su primer día de vuelta al trabajo. Martina había regresado antes para continuar con su puesto como directora creativa, pero también se había ocupado de muchas de las responsabilidades de Lourdes en su ausencia. Las dos entraron en el ascensor y por suerte no había nadie más.

-Creo que voy a vomitar- dijo la ojiverde cuando las puertas se cerraron.

Martina tiró de su brazo -Está bien, sé que es muy duro separarte de ella. Para mí también lo fue cuando volví a la oficina, y... es peor para vos porque tu cuerpo tiene el instinto de quedarte con Emily. Pero podes bajar a la guardería las veces que quieras, y si tenes que irte a casa con ella no pasa nada- Lourdes asintió sobre su hombro -No quiero que sufras- acaricio su espalda.

-Voy a sufrir... pero sé que es lo que debo hacer-

-¿Pero es lo que queres hacer?- dijo la morocha -Quiero que vuelvas al trabajo porque queres, no porque debes-

-Quiero- dijo segura -Me va a costar, pero quiero-

-Entonces vamos- señalo las puertas que se habían abierto en la tercera planta.

Las dos se dirigieron hacia la guardería y Lourdes suspiró cuando Martina abrió la puerta. La mujer de la guarderia, Camila, las vio y se acercó a ellas.

-Hola- Martina sonrió y Lourdes tragó saliva. Camila le dedicó una sonrisa comprensiva -Bueno, mamá- dijo dirigiéndose a Lourdes -Vamos por aca-

Las llevó a una sala apartada del resto de los niños -Lo primero, felicidades por su segunda hija- dijo y las dos sonrieron -Y lo segundo, Lourdes, queremos que esto sea lo más fácil para vos- asintió -Emily va a ser la más pequeña de los niños que tenemos, y queremos asegurarte de que estará bien atendida en todo momento. Al igual que con Isa, sabes que podes venir en cualquier momento a verla. Pero también te queremos comentar que tenemos varias salas privadas como esta que estarán siempre disponibles por si decidis alimentarla vos misma. No sé si van a utilizar biberones o no, pero de ambas maneras pueden bajar las dos si prefieren alimentarla ustedes-

Lourdes asintió repetidamente, mirando a la niña que dormía en su cochecito delante de ella -La mayoría de los empleados no tienen oficina privada, por lo que vienen acá, pero en su caso las dos tienen despachos propios, así que también estamos a su disposición si en algún momento quieren que la subamos arriba-

Camila sonrió y tomó la mano de Lourdes -Y hoy va a ser un poco duro, así que no te sientas avergonzada si pasas la mayor parte del día aquí con nosotras en lugar de trabajar, es normal-

-Gracias Camila, de verdad- dijo Martina

-Y ahora, déjame ver a esa pequeña- dijo la mujer inclinándose sobre el carro -Es igualita que Isabella- Las dos sonrieron y asintieron -Si quieren, pueden transferirla a la cuna que preparamos para ella- dijo la mujer -Y después necesito que me indiquen todo lo necesario respecto a sus horarios y todo eso-

-Lourdes hizo una lista- dijo Martina

La ojiverde se puso un poco colorada, pero le pasó un papel con todo lo referente a los cuidados de su hija. Camila lo leyó sonriendo -Gracias, esto ayuda mucho, pero aun así lo repasaremos todo-

-Bueno-

-Vamos a las cunas- llevó a Lourdes a la sala donde dormían los más pequeños y las llevó hasta el sitio que habían preparado para Emily -Es aquí- le pasó a Lourdes una pantalla.

-¿Qué es esto?-

-Podes ver la cuna desde la oficina, es un monitor para bebés que va por wifi, no podes ver el resto de la guardería, pero al menos puedes verla cuando está durmiendo-

Estar con ella- MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora