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Martina despertó con un dolor de cuello insoportable cuando abrió los ojos su hija dormía frente a ella y la mujer se acercó para dejar un beso en su frente

Brisa entró por la puerta unos minutos después y le paso un vaso de plástico con café dentro

-Marti...- dijo la peligra en voz baja para no despertar a la niña

-que pasa?- respondió Martina con el mismo tono

-tengo que ir a trabajar- dijo Brisa con tristeza-llame hace un rato pero no hay nadie para cubrir mi turno- informo. Brisa daba clases de danza en una academia y no tenían mucho personal ya que era una academia nueva

Martina puso un mano sobre la de brisa y le dio un apretón -tranquila, estamos bien. Te llamare si pasa algo-

-podes llamar a tus papas-

Martina negó con la cabeza -hablaré con ellos cuando estemos en casa

Brisa no insistió más y poco después tuvo que ir a casa a ducharse para ir a trabajar. Antes de salir de la habitación saco de su bolsillo las llaves de lourdes -que hago con su auto?-

Martina se encogio de hombros -no hablaste con ella hoy?

-la llamare- dijo la pelinegra y para sorpresa de la ojimiel sacó su teléfono y se llevó a la oreja. La habitación estaba tan silenciosa que Martina podía escuchar la voz de lourdes

-Brisa, todo bien? Como esta?-

-todo bien- dijo Brisa-paso la noche bien, tiene medicación para el dolor, esta bien tranquila

-okey-

Martina podía escuchar la preocupación de la otra mujer a través del teléfono

-te llamaba porque tengo que ir a trabajar, no se que quieres que haga con tu auto?

-que?- dijo Lourdes

-que nose que queres que haga con tu auto-

-no eso no, te vas a trabajar? Estarán bien solas? Y si necesitan algo? Martina no puede dejar a isabella, no puedes faltar?-

-lo intente, no hay nadie que pueda cubrir mis clases- dijo Brisa con pesadez mirando a Martina con una mezcla de tristeza y cansancio

-llévate el auto entonces, tenes que volver al hospital cuanto antes, dormiste algo? No podes manejar si no dormiste

-lourdes- dijo la pelinegra tratando de calmarla -tranquila, vos dormiste algo? Sonas un poco alterada

-eso no importa, hace lo que necesites con el auto, llévatelo si lo necesitas no te preocupes por eso

-esta bien, en ese caso lo llevare a trabajar- dijo Brisa dando otro trago de su café-gracias lourdes

Martina observaba la conversación en silencio, sintiendo una pena inmensa sabiendo que había herido a Lourdes la noche anterior

-si podes, decile a Martina que me avise si necesita algo, bueno?-

-se lo diré- brisa volvió a mirar a su amiga consciente de que estaba escuchando la conversación

-y dale un beso a bells de mi parte- añadió la mujer de ojos verdes

-tambien lo haré-

-llámame Brisa, para lo que sea-

Se despidieron y Brisa metió el teléfono en su bolsillo -no te voy a decir nada por puedo ver en tu cara que te sientes lo suficientemente mal-

Martina asintio y se levanto para abrazar a su amiga. Brisa le dio dos besos en la frente a Isabella uno de ellos de parte de Lourdes y después salió de aquella habitación

Martina volvió a tomar asiento a un lado de la cama de su hija y los minutos fueron pasando lentamente mientras la niña dormía gracias a la medicación que le administraban para evitar el dolor

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A media mañana Brisa llamo a Martina por teléfono

-hola bri-

-tenes que llamar a Lourdes-

-por qu?-

-deberías, deja que vaya a ver a isabella unos minutos. Me esta volviendo loca con sus mensajes y llamadas

-Brisa...- protesto Martina

-cinco minutos, a la pobre le va a dar algo-

-la llamare- dijo finalmente

-gracias 

Martina corto la llamada y después observo el contacto de Lourdes durante unos minutos hasta que se atrevió a realizar la llamada

-esta todo bien?- dijo Lourdes alarmada

-si, Brisa me dijo que estas un poco alterada

-perdon, perdón estoy preocupada no pense que la fueran a operar, no llamare más a Brisa-

-lu- dijo Martina -queres venir a verla?-

-si- dijo únicamente y las dos se quedaron en silencio - no quiero... molestar

Martina se llevó una mano a los ojos, había arruinado la relación que tenía con una de las personas más maravillosas que había conocido nunca

-lourdes, tenes que perdonarme por lo de ayer, por supuesto que no molestas aqui-

Lourdes no dijo nada y Martina fue quien hablo -es la habitación 225-

-gracias por dejarme verla- dijo Lourdes y después corto la llamada

Martina miró el teléfono en sus manos y suspiro. Ella misma había creado esta situación, si no hubiera echado a la ojiverde todo este lío sería innecesario. Por otro lado estaba sorprendida con la preocupación de Lourdes, sabía que la empresaria se preocupaban por Isabella pero no esperaba esta reacción en general

Martina miraba a su hija dormir cuando llamaron a la puerta, vio como se abría un poco y Lourdes asomaba la cabeza -puedo pasar?-

Martina asintio y Lourfes entró a la habitación cerrando la puerta tras ella. Llevaba un pequeño ramo de margaritas que coloco junto a la cama de Isabella y también tenía en las manos un cuento infantil que apoyo junto a las flores

La mujer tenía la miraba clavada en la niña que seguía durmiendo y Martina vio como aquellos ojos verdes se humedecian

-parece muy pequeña en esta cama- susurro Lourdes sin dejar de mirar a la niña

-si- dijo Martina que no dejaba de mirar a la empresaria

Lourdes se sento en el borde la cama asegurándose de que no interferia con ninguna de las máquinas que monitorizaban a isabella y paso una mano por su frente con extrema delicadeza, después se agacho y dejó un beso en aquel lugar

-es tan pequeña, no entiende nada- continuo diciendo Lourdes, pero en ningún momento miro a Martina-no podía dejar de pensar en lo confuso que tiene que ser para ella, si fuera un poco más mayor se lo podrías explicar pero...-

Lourdes no continuo la frase, seguía mirando a la niña. Finalmente se levanto con cuidado de la cama y miro a Martina por primera vez -gracias por dejarme venir a verla-

Martina pudo ver con claridad su cara por primera vez, parecía cansada. Lourdes suspiro y miro a isabella una vez más antes de comenzar a caminar hasta la puerta

-lu- dijo Martina antes de que saliera -quédate

















Estar con ella- MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora