Capítulo 57

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¡Feliz Año Nuevo! Espero que hayan tenido una buena despedida del año viejo y sobre todo, que hayan comido hasta decir basta. Porque yo estoy que reviento jeje. Pero dejando eso de lado, les traigo la primera actualización del año. ¡Brindemos por más!

Diffuse

Desmoldar pequeños corazones rosas dejó de ser una tarea sencilla después de que fueran más de veinte moldes; los cuales debían estar listos para la siguiente tanda de chocolate derretido.

El embolsado era otra tarea descomunal que requería rapidez y organización. Involucraba el colocarles un cintillo azul rey para darles una mejor presentación.

Sora, quien estaba encargada de meter los chocolates dentro de las bolsas de celofán y atarlas con un trozo de listón, sentía respeto por aquellas tres jovencitas; ninguna había parado desde que pidieron prestado el comedor para elaborar cantidades casi industriales de chocolates.

El cansancio era palpable, mas la satisfacción que las envolvió cuando concluyeron las colmó de energía. Volvió soportable el último empujón que necesitaban para ultimar en su totalidad su labor.

—Hacerlos más sencillos nos hubiera ahorrado algunas horas —comentaba Sachiko con una pequeña sonrisa—. Pero se ven muy bien.

—El toque afrutado y ácido combinado con el chocolate de leche crea un gran sabor. ¡Son deliciosos!

Las chicas rieron cuando vieron a Sora comer uno de los chocolates sobrantes. Era tan glotona.

—¿Y qué tal van esos chocolates para Miyuki? —Codeaba Umemoto a quien hubiera preferido no ser cuestionada sobre eso.

—No es muy afecto al chocolate. Y los dulces tampoco son opción. Tuve que pensar en otra cosa.

—Sólo me da más intriga saber qué fue lo que decidiste darle. —Yui curioseaba.

—¡Quizás se trate de una cena romántica! —Los ojos de Haruno brillaban ante la posibilidad. Era una romántica.

—Considerando que después de cenar hacen sus deberes escolares, lo veo inviable. —Umemoto rompió su burbuja de melosidad—. Si fuera el plan de Sora debería realizarlo en el fin de semana. Y aun así podría no tener tiempo.

—Salir con un beisbolista es bastante complicado —opinaba Natsukawa—. Ocupan la mayor parte de su tiempo en prácticas y partidos. Y seguramente el tiempo libre piensan en béisbol.

—Eres una chica muy paciente. —Sachiko palmeó su espalda como apoyo y condolencia—. Sobre todo, porque sales con Miyuki...que posee una personalidad bastante única.

—Yo diría que lo peor de salir con él han sido sus admiradoras —hablaba Yūki recordando cómo fue acosada desde que se enteraron de aquella falsa carta de amor—. Cada una de ellas superaba a la anterior.

—Aunque...—Yoshikawa sintió la atención de sus amigas y continuó: — ya no has sido molestada... Al menos ya no me he enterado de situaciones como esas.

—Es verdad. Ya no ha vuelto a aparecer nadie que esté inconforme con su relación.

—Debieron resignarse. Y mejor así. Porque era absurdo.

Sora recién era consciente de que la última persona que la hostigó a raíz de estar con Kazuya había sido Oshiro Ena. Desde ahí todo recobró su tranquilidad usual.

—Guardemos los chocolates en las cajas que trajimos. Y busquemos el lugar más fresco para dejarlos ahí. —Umemoto habló.

—Y después vayamos a comer. —Yūki las miró y ellas asintieron—. Pueden venir a mi casa a comer.

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