Capítulo 24

235 20 84
                                    

¡Buenas noches! Espero estén teniendo un buen viernes por la noche y si no es así, pueden leer este nuevo capítulo. Saludos.

Heartbeat

La placentera cena los dejó satisfechos. Ahora les bastaba un vaso de fría limonada mientras yacían sentados en el sofá de la sala. Nadie podía resistirse a ver un buen partido de béisbol en aquel enorme televisor de plasma.

—¿De verdad vamos a ver un partido? —Ella había terminado en medio de Miyuki y su hermano.

—Sora, eres mánager del equipo de Seidō. Tu deber es ver y analizar los partidos de sus futuros rivales —hablaba Tetsuya ajustando el volumen de la tele.

—Debes practicar tus anotaciones porque continúan siendo muy ambiguas. Aprovecha este juego para mejorar —recomendaba Kazuya con guasa.

—Sólo pónganse a ver su juego y déjenme en paz. —Tenía el ceño fruncido y malhumor.

—No seas tímida únicamente porque Miyuki está aquí.

No lo era y menos a causa de aquel pesado muchacho.

—Recuerdo que te divertías mucho cuando ibas a ver los partidos de Reiji. Incluso algunas veces los grababas—hablaba evocando esos recuerdos de antaño.

—Es muy distinto ver un partido por placer que uno por deber. —Se excusaba mirando a quien no debía exponer esa información—. Y si lo grababa era para que después se diera cuenta de los fallos que tenía a lo largo del partido.

—¿Reiji? —Le resultaba bastante familiar. Mas no sabía de dónde—. Siento que he escuchado ese nombre en alguna parte.

—Es probable que te sea conocido. Era jugador de la Liga Senior Marugame. —El mayor disipó sus dudas.

—Reiji Irabu...—Recordó sin esfuerzo—. Era el pitcher principal del equipo. Y gracias a su bola rápida y a la dirección de Chris-senpai siempre terminaba poniendo a los bateadores en apuros. —Justó evocó aquellos encuentros contra dicho jugador—. Aunque escuché que en su primer año apestaba y su control era igual de patético que el de Sawamura.

—Oh sí, definitivamente estamos hablando del mismo —expresaba Sora con resignación—. Sus lanzamientos eran tan salvajes que eran muy erráticos y siempre acababan convirtiéndose en bolas. —El estrés de esos episodios de su pasado la llevaron a masajear su frente para relajarse—. Y gracias a eso ninguno de los receptores del equipo querían atrapar para él.

—Excepto Chris-senpai. —Su conclusión era correcta—. Tal parece que tiene una maldición encima que lo hace toparse con pitchers problemáticos que acaban siendo diamantes en bruto en sus manos. —Le parecía irónico que Takigawa conociera a dos sujetos tan malos en lo que se supone sabían hacer—. Por lo menos Irabu no era un escandaloso y mejoró rápidamente, no como Sawamura. —Su risilla perversa emergió.

Le hacía mucha gracia mofarse del chico de primero.

—Déjalo en paz —ordenó pasivamente. Hasta le dio un codazo directo a las costillas para que parara de reírse.

—Lo haré por esta noche —expresó el cínico—. ¿Y qué fue de él? —curioseaba aprovechando que el tema había emergido—. Lo último que escuché fue que su equipo llegó a semifinales en el torneo de verano durante su primer año de preparatoria. Después fue como si hubiera desaparecido del mapa.

—Dejó su escuela porque se mudó a América a causa del trabajo de su padre. —Tetsuya atendió su duda—. Continúa jugando béisbol. Y seguramente ha mejorado mucho desde la última vez que enfrenté sus lanzamientos. —Ya había desplegado su aura de batalla—. La próxima vez batearé su cutter tan lejos como me sea posible.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora