Capítulo 15

371 29 42
                                    

¡He vuelto después de haber estado ausente por dos meses! Digamos que, entre el trabajo, otros fandoms y mi inestable inspiración, pues tuve abandonada esta historia. Pero el cielo me iluminó y logré escribir algo.  ¡Ahora sí, disfruten!

Out of Control

Marcó numerosas veces al número de Hayami sin obtener respuesta. Y se olvidó de que no se encontraba sola; tenía que mantener la templanza si no quería formar parte de las burlas de Kazuya. No obstante, no podía hacerlo cuando la única respuesta que había obtenido de esa amiga suya era un mensaje de texto que le indicaba que tuviera cuidado eligiendo el hotel en el que pasaría la noche.

—Justo lo que me faltaba... Que ella estuviera muy ocupada recreándose en una fiesta. No le bastó la salida que tuvimos esta noche y todavía se fue a buscar más diversión.

Si tenía suerte podría encontrar una manera de entrar a su casa.

—Parece que te han dejado a tu suerte.

Sora lo miró confusa. Juraba que se había marchado después de su intento infructuoso por buscar asilo con la pelirroja.

—Búrlate todo lo que quieras. —No tenía ganas de discutir con nadie—. Ki-chan no está en la ciudad... Y aquel malhumorado está a más de ocho mil kilómetros de distancia de aquí —cuchicheaba.

La vida ya la había desilusionado lo suficiente.

—Conozco un sitio que podría ser de utilidad. No obstante...

—¿Cuál es el inconveniente? —cuestionó interesada.

Que le ofreciera ayuda era un gran paso. Aunque no se confiaba.

—La pregunta es si realmente no te importa qué clase de lugar sea.

—En este punto aceptaría dormir hasta en una caja de cartón. Todo es mejor que la intemperie.

Admitía que le cruzaron varias opciones por la cabeza cuando Miyuki le ofertó su apoyo. Mas nunca consideró la pequeña posibilidad de que se tratara de los dormitorios de Seidō.

¿Estaba loco? ¿No sabía lo que pasaría si algún profesor se percatara de que había una chica ahí? Y no se diga si descubrían que había pasado la noche.

Lo observó con desdén. Ahora entendía el porqué de su «amabilidad».

—¿Te vas a ir?

—Si querías tomarme el pelo había modos más simples que estos —recriminó—. Me meteré en tremendos problemas si alguien descubre que estoy aquí a estas horas.

Pasaban de las diez de la noche y ya no debía estar rondando los dormitorios.

—Hay varios cuartos que se encuentran desocupados y que nadie se molesta en visitar —explicó—. Si nadie te descubre no te meterás en problemas.

—¿Si te das cuenta de que si el entrenador se entera me despellejará viva?

Él sonrío cínicamente, como si eso no fuera la gran cosa. Era un bribón.

—Tus opciones son limitadas.

—Lamentablemente no tengo dinero suficiente para ir a un cuarto de hotel y tampoco creo que pedirle prestado a Miyuki sea una opción.... No poseo el don para abrir cerraduras usando objetos cotidianos. Miu me ha dado la espalda y no creo que meterme a la escuela a estas horas sea una idea prudente. De manera que...—Exhaló, se maldijo numerosas veces y se resignó—. Dime a dónde tengo que ir.

Aun cuando los dormitorios no eran empleados por ningún jugador se encargaban de mantenerlos en perfectas condiciones por si llegara a presentarse algún improvisto. Gracias a eso no debía preocuparse por la suciedad o el polvo.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora