Capítulo 5

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¡Buenas! Ya llegué para darles una pequeña dosis hetero de Diamond no Ace. De momento agradezco sus lecturas, comentarios y demás cosillas que le dan felicidad a mi oscuro y torcido corazón. Disfruten, comenten, quéjense o coman pizza. ¡Lindo inicio de semana!

Belonging

Cerca del final de las vacaciones de verano llegó la noticia de que Inashiro había perdido contra Komadai Fujimaki. Un acontecimiento que fue palideciendo conforme se analizaban las victorias obtenidas en los partidos de práctica que Seidō realizó durante el mes de agosto. Y aquel pobre desempeño de bateo quedó evidenciado con mayor fuerza contra Yakushi; donde aparte de enfrentar una aplastante derrota se volvieron conscientes del problema con el que venía luchando Sawamura ante el trauma que todavía lo perseguía por lanzar una pelota muerta contra Shirakawa.

Mas era apremiante avanzar. El Torneo de Otoño iniciaría dentro de un mes y el primer equipo todavía no estaba conformado.

—Ey, capitán, ¿qué vamos a hacer? —Era el cuestionamiento que por largo tiempo deseó expresar Kuramochi.

Incluso su atención estaba puesta en el relejado chico.

—¿Respecto a qué? —No lo miró. Tenía más interés en el cuadernillo que sostenía.

—¡A Sawamura! —exclamó molesto—. Se vino abajo en el juego contra Yakushi. Sin embargo, es un zurdo importante para el equipo... ¿No lo necesitamos para el torneo de otoño?

Hasta él reconocía el potencial del muchacho.

—Te ves muy preocupado por él.

—¡No! ¡Idiota! —Menos mal que nadie notó el tenue sonrojo que invadió sus mejillas—. ¡Me molesta que siga deprimido en mi habitación!

—Nuestra prioridad actual no es cuidar de los de primero, sino hacer algo para mejorar la alineación de bateo, ¿no crees? —Le dedicó una mirada seria y seca.

—Tienes razón, sin embargo... —Algo no estaba bien. Simplemente no lo sentía correcto—. Él siempre ha sido el que motiva al equipo...

—Ahora que se acerca la temporada hay que priorizar el equipo sobre los individuos. El entrenador dijo que usará a los jugadores que sean buenos, ¿no?

Sabía que Kazuya era de ese modo, mas estaba esperando una respuesta un poco diferente.

—¡Eso también lo sé!

El brusco y fuerte sonido de su palma derecha estrellándose contra el pupitre del capitán levantó un silencio incómodo. Y las miradas indiscretas se posaron en ambos.

Una mueca de desconcierto se asentó en quien permanecía más cerca de ellos, escuchando su conversación sin desearlo realmente.

—¡Los mayores no podemos seguir ignorándolo!

—En el juego del otro día yo también fui culpable de que Sawamura jugara tan mal. Porque durante las vacaciones de verano le insistía en que se centrara en su control.

Cada una de sus palabras hicieron sacudir la mirada de Yōichi. No estaba seguro si la frustración y estupefacción que lo envolvían era a causa de su altiva sinceridad o porque nunca esperó a que hiciera una confesión como esa.

—Seguramente afrontase el partido contra Yakushi siendo consciente de que tenía en manos una gran tarea que cumplir... Sobre todo, porque su rival lanzó tan bien frente a él —expresaba—. Ya había perdido mentalmente antes de subir al montículo.

—Si sabías todo eso, ¿por qué...? —espetó confuso.

No comprendía las acciones y palabras de ese hombre; no cuando caían en la contradicción absoluta.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora