Capítulo 50

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«3 de noviembre de 2020» fue la última fecha de actualización. Sin embargo, contra todo pronóstico, he regresado. He editado esta historia desde su primer capítulo hasta el último publicado. Y, por ende, he modificado varios aspectos dentro de la trama. Para evitarles confusión, les recomiendo encarecidamente que lean desde el capítulo uno hasta el último, porque no sólo se han eliminado ciertos acontecimientos, sino que se han sumado otros y se han agregado personajes nuevos —que tenía considerados para un futuro más lejano—, creando así capítulos que no estaban anteriormente —y he borrado otros—.

Y antes de despedirme, una enorme disculpa por haber estado ausente durante tanto tiempo. Me esforzaré para darle continuidad a esta historia.

Agradecimientos especiales a una querida amiga: Mayra Chase. Quien con sus bellos podcasts me ha impulsado y motivado a seguir escribiendo. Una disculpa por hacerte leer mis mensajes cuando encontraba un fic de Miyuki x OC todo cancerígeno —necesitaba desahogarme con alguien—.

Sin más, ¡disfruten la lectura!

Instant

Frunció el ceño. Había demasiada luz filtrándose desde una pequeña y rectangular ventana; era insoportable. Y a esa molestia se le sumó el fuerte dolor de cabeza que lo obligaba a presionar su sien. Añoraba una aspirina para aliviar su malestar.

Su boca estaba reseca y clamaba por agua. Presentaba dolor muscular y una incomodidad estomacal que empeoraba su estado general de salud. Y cuando decidió enderezarse un fuerte mareo lo hizo despabilar.

Era incapaz de recordar con claror lo que había ocurrido la noche anterior. Mas sabía que su estado actual se lo debía a una bebida que consumió ingenuamente creyendo que su picante sabor no debía ser tomado a consideración. Y ahora enfrentaba de primera mano una desagradable cruda.

Sus manos lo sostenían, le impedían caer y lo aferraban a la suave superficie de la cama. O eso creyó hasta que su visión se aclaró y notó que no estaba solo; esa noche la había pasado acompañado.

—¡Ah...! —gritó sin restringir el nivel de su voz.

No pudo controlar su pánico y se apartó bruscamente, sin considerar que eso podía despertar a quien, sin buscarlo, se convirtió en su almohada.

Yacía sentado sobre el suelo, observando a la chica con la que se acurrucó durante horas; con la que había compartido la velada. La misma que de seguro no pudo irse porque le fue imposible quitárselo de encima cuando cayó dormido como consecuencia de lo borracho que estaba.

Tragó saliva. Y empezó a sudar como consecuencia de lo nervioso que estaba. Incluso atendía a los acelerados latidos de su corazón. Pero esas reacciones fisiológicas no importaban. A él solamente le interesaba recordar lo que pasó anoche, lo que habían hecho ahí, a solas.

Sus manos habían palpado la irregularidad del colchón. Asimismo, tocaron el busto de quien lucía aliviada de ya no tener todo ese peso encima. Y el estar consciente de cometer tal agravio, no hizo más que aumentar su pavor. ¿Qué más fue capaz de hacerle estando fuera de sí mismo? ¿Le faltó al respeto?

—Si hubiera hecho algo inapropiado, ella no hubiera dudado en golpearme...

Y el trauma de ser apaleado por ella sería algo que no olvidaría sin importar lo ebrio que estuviera.

—Aunque...—Se levantó y miró a quien continuaba durmiendo despreocupadamente—. Dormida se ve tan inofensiva. —Se agachó y apartó un par de hebras de cabello de su rostro; su acción le provocó un cosquilleo—. Podría preguntarle...

Los labios de Sora se separaron un poco, buscando expresar palabras que no poseían sonido. Él los contempló y sus borrosas memorias florecieron bruscamente. Lo que había sido incapaz de rememorar lo conmemoró con grandiosa nitidez.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora