¡Buenas tardes! Ya llegué con un nuevo capítulo, aprovechando que hoy es el cumpleaños del más sensual cátcher de todo el mundillo de DnA. Así que espero que lo disfruten tanto como yo disfrutaré el puentecito de mañana.
Plainness
No podía permanecer por más horas en cama. Había demasiadas cosas por hacer. Y contra su voluntad se levantó, se cambió e inició las labores en su habitación. Barrió y sacudió cada recoveco. Inclusive consideró apropiado reacomodar los libros de su pequeño librero, así como la disposición de sus peluches.
Pasó el mechudo humedecido por todo el piso, dejando una deliciosa fragancia a lavanda. Y tras dejar todo ordenado y pulcro, transportó el cesto de la ropa sucia al área de lavado.
—Sacudir, barrer y trapear la habitación, listo. Cambiar las sábanas, listo. —El lapicero en su mano izquierda rayó dichas actividades anotadas en la lista escrita en la hoja de papel—. Ayer terminé toda la tarea que tenía para la semana. Solamente me resta lavar mi ropa y estaré libre.
—Sabía que te encontraría en este sitio un domingo a medio día.
Sora reconoció la voz. Permaneció inmóvil con su atención fija en la lavadora como si el ver la ropa dar de vueltas fuera mejor que enfrentar a quien había accedido a aquella sección de la casa.
—Oh, Yoshiko, qué extraño verte por aquí. —Se giró, encontrándose con esas entusiastas y vibrantes pupilas chocolate que lucían muy gustosas de toparse con las suyas.
La castaña y lacia cabellera de la joven llegaba hasta sus hombros. El flequillo era coqueto y adorable gracias a la diadema que usaba. Y su rostro era lo suficientemente agraciado como para captar la atención de los chicos.
—Eso sonó a que cuando vengo aquí, no te paso a ver. —El silencio le entregó la respuesta—. ¡Ey, eso es grosero de tu parte, Sora-chan!
—No me llames así. —Su disgusto fue acentuado por la mueca de desaprobación que enmarcó sus labios—. Él no está en casa. Está entrenando en Seidō junto con los de tercer año.
Dio media vuelta, volviendo a la interesante panorámica de su ropa siendo lavada.
—Ya, lo siento. Sé que no debí llamarte de ese modo. —Su disculpa era sincera—. No me sorprende que Tetsu esté entrenando, pero creí que lo encontraría antes de que se fuera.
—Él siempre es así de intenso cuando de béisbol se trata. Tú mejor que nadie debería saberlo.
—Sí, lo conozco... —suspiró como si toda la frustración que nació a raíz de no hallar al hermano mayor de Sora se esfumara para traerle de vuelta la serenidad—. Siendo sincera esperaba encontrarlo.
—Le hubieras mandado un mensaje para que quedaran de verse.
El electrodoméstico paró. Sacó sus prendas para sacudirlas y depositarlas en el cesto que tenía a su costado derecho.
—Lo sé. —Exhaló. Se regañó silenciosamente por ser tan lenta de pensamiento—. Es que él es tan...
—Denso. —Ofertó el adjetivo perfecto que describía a Tetsuya para temas que no se relacionaban con el béisbol—. Si no se lo dices jamás va a darse cuenta.
—Quiero hacerlo, no obstante...
Yūki ya estaba confrontando a la joven. Su cara estaba roja; los nervios y el retraimiento le impedían completar su oración.
«Todo sería más fácil si mi hermano se percatara de que Yoshiko ha estado enamorada de él desde hace bastante tiempo».
Estaba cansada de la situación de la que había sido testigo desde que se percató de sus sentimientos.

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Sweet Temptation
FanfictionÉl representaba en más de un sentido a los demonios que inútilmente había intentado sumir en lo más profundo de su pasado. Ella no era más que una extraña que le desconcertaba y le hacía percatarse de que incluso el lobo más solitario puede disfruta...