Capítulo 19

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Antes que nada, unas enormes disculpas por haber prácticamente abandonado esta historia. Sé que no hay excusa que valga, pero por lo menos he regresado con un nuevo capítulo; espero que la tercera temporada de DnA me proporcione la inspiración suficiente para continuar con este proyecto. Disfruten de la lectura.

What do you got?

—¿Piensas quedarte ahí pasmada mirando por la ventana como si fueras una resentida social que maldice la felicidad de los demás?

Aquel bonito cuestionamiento lleno de veneno la liberó de su pequeño trance.

—¿Tú no aborrecerías al mundo si estuviera en mi posición? —respondió sin dignarse a ver a Kuramochi.

—A mí la vida sí me ha tratado bien —expresó con una sonrisa socarrona—. No sé por qué te quejas tanto. El resto de las chicas hasta se toman fotos vestidas de esa manera.

Él simple y llanamente no comprendía a las mujeres; especialmente a Sora.

—¿Qué tipo de alegría mundana puede existir en usar un traje de sirvienta como este? —Lo veía con un escrutinio peligroso—. Está demasiado corto para mi gusto. —Y ahí estaba, bajándose inútilmente la falda. No se sentía segura—. No comprendo a las chicas de estos días.

—Te has estado quejando toda la mañana. Déjame descansar. —Bostezó, intentando aligerar el cansancio mental que le provocó—. Yo también tengo que usar este estúpido traje y no me ves lloriqueando.

—Critícame cuando uses una mini falda en vez de un pantalón.

No había manera de ganarle a esa terca muchacha.

—Y bien, ¿qué vas a hacer? —interrogaba Yōichi.

—¿A qué te refieres?

—Nuestro turno ha terminado. Podemos disfrutar del Festival Cultural.

—Es cierto. Hemos acabado de atender. —Sus ojos se le iluminaron.

¿Ese era su modo de mostrar felicidad?

—Salgamos inmediatamente de aquí. —Se apresuró hasta la salida del salón—. Ya puedo olvidarme de este tonto Café Maid.

—Es una exagerada —suspiró y la siguió—. ¿Y ahora por qué te pasa?

Yūki se había quedado en medio del pasillo, viendo en ambas direcciones. ¿Meditaba hacia dónde dirigirse o trataba de hallar alguna clase interesante por visitar?

—Sawamura está en el piso de abajo. Ellos hicieron una casa del terror.

Sabía que preguntaría por lo que haría la clase del lanzador. Por ello se adelantó a sus pensamientos.

—¿Una casa de terror? Suena interesante. Podríamos visitarla —mencionó con una pizca de emoción—. Hay una casa del ramen y otra que se dedica a los postres. Si organizo adecuadamente los tiempos podríamos visitar todos los puestos en el tiempo que tenemos.

—¡¿Eh?! ¡Espera! ¡¿Cómo que nosotros?! ¡Nunca dije que desperdiciaría mi tiempo libre yendo contigo de acá para allá! —vociferó.

Ante los ojos de todos parecían un par de novios peleándose.

—Si quieres que alguien esté detrás de ti como perro faldero, pídeselo a Miyuki. Es tu hombre después de todo.

—¿Qué te he dicho de que me emparentes con ese presuntuoso? —Le sonreía, pero jalaba sus mejillas con la suficiente fuerza como para dejárselas rojas—. ¿Entendiste? —Él asintió lenta y temerosamente—. Buen chico. Ahora vayamos a la clase que ha puesto el establecimiento de ramen.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora