Capítulo 56

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¡Buenas tardes! Ya llegué para traerles una actualización pre navideña. Disfruten de este par que lentamente se andan enamorando. ¡Felices fiestas!

Spark

Las bajas temperaturas de febrero obligaban a los jugadores a portar su chamarra durante los entrenamientos y a las managers a elaborar bebidas calientes que ayudaran a recuperar el calor corporal.

Los chicos formaban pequeños grupos y hablaban sobre algún evento gracioso acaecido en su salón de clases o lo severos que se habían vuelto algunos profesores. Todos estaban aprovechando su descanso para reponer fuerzas.

Sora, quien todavía permanecía frente a la mesa que servía el chocolate caliente, escuchaba a sus compañeras hablar sobre su fin de semana. Y antes de siquiera servirse un poco de cocoa escuchó el tópico que siempre acompañaba al segundo mes del año: San Valentín.

Era el día en que las chicas le obsequian chocolates al chico que les gusta buscando la aceptación de sus sentimientos. Un compromiso obligado para quienes se encontraban en pareja. Un evento infranqueable para ella.

No era la primera vez pasando esa fecha en pareja. Sin embargo, sí era la primera ocasión que conocía a alguien que no fuera partidario del chocolate o las cosas dulces. Kazuya lo último que querría para ese día sería una barra de chocolate envuelta en papel brillante.

—Tal vez no le importe si no le doy nada —susurraba con sus labios pegados al borde de su vaso—. Si yo fuera un chico estaría más que complacido de recibir chocolates a montones.

—Eso es porque eres una glotona.

Derramó su bebida sobre la mesa. El gracioso que se acercó a ella desde atrás había esperado pacientemente para asustarla.

—¡Ey, eso dolió! —Queja nacida después de recibir un codazo—. A ninguna chica le gustaría tener a un salvaje a su lado.

—Como sea. —Limpió la mesa. Y decidió esperar a que se fuera para terminarse su bebida—. ¿Te peleaste con Kazuya y por eso has venido a mí buscando compañía?

—Claro que no, tonta.

—Entonces vete que quiero beber mi chocolate tranquilamente.

Yōichi lucía como un animal temeroso y herido buscando ayuda en quien podría darle caza.

—Déjame adivinar: una chica. ¿Cierto? —tanteó—. La declaración no salió como esperabas. Y ahora estás aquí pensando que febrero apesta tanto como San Valentín.

—En realidad fui yo quien la rechazó.

—Podemos ver series policíacas pa... ¡¿Qué?! ¡¿Qué tú rechazaste a una chica?!

Tapó su boca. No buscaba que todo Seidō se enterara de lo que pasaba en su vida personal.

—Vayamos a otro lugar a hablar.

No esperó a que aceptara. Se la llevó de allí con la boca bloqueada con sus dos manos. Una especie de secuestro exprés que nadie notó.

El campo techado a esa hora estaba vacío. Allí podrían charlar con seguridad.

—Esperaba escuchar muchas cosas sobre ti, mas nunca que rechazaras a una chica —expresó tan pronto como le quitaron las manos de su boca.

—Es que no la veo como una chica... Es como si fuera otra tú.

—¿Insinúas que soy un chico? —Pellizcó sus mejillas. Y él se arrepintió por no saber expresarse.

—Claro que no. Es sólo que... Bueno, no siento que nuestra relación sea la de un chico y una chica, sino más bien como la de un amigo y amiga. ¿Entiendes?

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora