Capítulo 17

338 34 49
                                        

Yo sé que todas están sorprendidas de que haya regresado con actualización tan prontamente. Mas no se acostumbren... Dejando eso a un lado, espero disfruten del capítulo porque con esfuerzo y mucha voluntad ya estamos poniendo las cartas sobre la mesa y algunas cosas empiezan a ser evidentes.


Iridescent

—¿Estás satisfecha? —preguntó para su espectadora.

—N-no puedo creerlo...—Estaba plenamente segura de que no lo haría.

—Espero que sepas cumplir con tu palabra.

La encaraba y le daba la espalda a Kazuya. Se sentía avergonzada por lo que había hecho. Optaría por no cruzar mirada con él hasta que esa muchacha se fuera.

—Lo haré —pactó de mala gana. No estaba contenta de perder.

—No te vuelvas a meter en nuestro camino —espetó hostil. Le adjudicaba su naciente malhumor por orillarla a hacer semejante barbaridad.

—Hasta luego. —Y se marchó.

—Me debes una grande, Miyuki.

Lo analizaba por encima del hombro con disgusto. Y él veía en otra dirección. ¿Era un ligero sonrojo el que tapizaba sus mejillas? ¿Por qué eso despertaba su curiosidad?

—¿Me estás escuchando?

—Pensaba que lo que querías era que todo terminara.

La encaró con su sonrisa confiada y rostro impecable.

—Podemos sacarle provecho por ahora. —Sí. Ella también se cuestionaba al respecto. Pese a que quería terminar con esa farsa hacía todo lo contrario.

Quizá no sentía la presión de aquel falso noviazgo porque durante años siempre fue emparejada con sus mejores amigos. Para ella era tan normal que le inventaran parejas que no tenía que percibía todo aquel malentendido como otro episodio de su pasado.

Lastimosamente su actual asociación era la única alternativa que tenía para que apareciera la persona que les tendió aquella trampa. Por ello se veía obligaba a continuar con la farsa.

—¿Segura que es solamente eso? —Alguien se estaba burlando de ella abiertamente.

—Por supuesto que sí, tonto. No pienses que es porque siento algún interés por ti —aclaró—. Mejor regresemos o Kuramochi estará inventándose otra cosa.

Después de lo sucedido dejó el tema de lado. Nada bueno sucedía cuando ese acontecimiento salía a flote porque era como ser inundada por un mundo de contrariedades en donde no podía luchar para escapar de allí. Prefería enfocarse en los partidos que se aproximaban y no detenerse en la única opción viable que la había orillado a actuar así.

Y a mediados de octubre, cuando los de segundo año se encontraban disfrutando de su viaje escolar, el alumnado que formaba parte del club de beisbol permanecía dentro de las instalaciones escolares matando el tiempo. Una reta de futbol bastaría para entretenerlos un poco.

—¡Vamos, Kuramochi! —gritaba Sachiko emocionada. Disfrutaba del partido amistoso.

—¡Kijima-kun, defiende!

Yōichi robó el balón, lanzándolo hacia el jugador más cercano y que tenía mayor chance de anotar un gol. Mas Miyuki ni siquiera tocó la pelota. Afortunadamente alguien más se encargó de anotar.

—¡¿Qué hacen saltándose las clases y jugando futbol?! ¿Se volvieron unos delincuentes por jugar tanto al béisbol?

—Oye, baja la voz —advertía Kanemaru para el escandaloso de Sawamura.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora