Capítulo 9

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¡Buenas noches! Hoy se cae el cielo porque me he dignado a aparecer. Es que me he tomado unos días del trabajo y me dieron ganas de escribir después de ver el hermoso capítulo de este lunes.¡Disfruten la lectura y ya nos estaremos viendo en algún futuro!

The Wolf in sheep's clothing

El café era la bebida de los dioses que le ayudó a terminar con éxito cada una de sus tareas escolares. Mas no era lo suficientemente milagrosa como para mantenerla totalmente atenta y despierta a las largas clases del día. Lastimosamente le tocó dormirse en la clase del profesor Kataoka y sentir todo el rigor del estricto profesor.

—Yo, lo lamento. —Fue su escueta disculpa antes de salir del salón de clases con un hermoso pase para la dirección—. De todas las clases en las que pude quedarme dormida tenía que ser justamente la del entrenador. Es la primera vez que me pasa esto en todo el tiempo que llevo de estudiante...

—¿Hacia la dirección?

Adiós al sueño. Hola al momento de breve humillación cortesía de Miyuki Kazuya. Ambos coincidieron en el pasillo.

—¿Otra vez vas a reunirte con tus acosadoras en el baño? —No iba a dejarse de él tan fácilmente—. Parece que te gustan esa clase de cosas... Incluso que te saquen fotos en momentos tan vergonzosos.

Lo único bueno de ser mandada a la dirección fue ver la cara pasmada de Kazuya.

—¿Eh? ¡Espera...! ¡¿Cómo que una foto?!

No podía ni debía existir evidencia como esa.

—Sí. Esas chicas tenían una foto tuya cuando anduviste en paños menores —comunicó—. Deberías tener cuidado. Ya sabes. Nunca faltan los chantajes malintencionados.

—Debe ser una broma. Eso no debe estarme pasando —murmuraba vagamente. Aquel trauma no lo abandonaba del todo.

—Ya no existe. Quita ese penoso gesto de tu rostro. —Sonrió. Las muecas que hacía eran muy divertidas—. ¿Qué? Fue entretenido. Acéptalo.

—Para ti. —Espabiló y regresó a ser el mismo de siempre.

—Como sea, tengo que ir a la dirección o el profesor Kataoka se enfadará.

—Por cierto, cuando terminen las clases necesito que me acompañes a un lugar. Te veo en la entrada de la escuela.

Fue el comunicado exprés del chico antes de retirarse.

—¿A dónde se supone que iremos? Con Miyuki no supone nada bueno.

Su día inició mal y probablemente terminaría peor. No sólo fue ese tendido sermón sobre la importancia de prestar atención en clases y el cuidado de las horas de sueño, sino también la cuestionable petición del capitán de Seidō. Y a eso se sumaba que tenía ganas de dormir y no despertar hasta el día siguiente.

—Te ves realmente horrible.

—Vámonos de una buena vez —exigió.

—Relájate.

Para él era fácil decirlo cuando no estaba desvelado y con la atención de Kataoka encima.

—Hazlo antes de que decida entregarte a esas mujeres para que te hagan lo impensable.

Él optó por callarse y caminar.

—Siempre tan confiable, capitán.

Abandonaron Seidō y arribaron a una vistosa tienda ubicada varias cuadras adelante. Si había algo que necesitara para practicar béisbol allí lo encontrarían. Pero ¿qué compraría que requiriera la participación de dos personas?

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora