Capítulo 58

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¡Muy buenas tardes! Esta vez no demoré tanto en traer actualización. Espero que la inspiración siga tan aferrada a mí como los fans de Jujutsu Kaisen están aferrados a la idea de que Gojo volverá a caminar entre los vivos. Pero dejando de lado mis tontas ocurrencias, disfruten del capítulo. Este romance se cuece lentamente, no entren en desesperación (como yo). ¡Gracias por sus lecturas, votos y comentarios! Se agradece. Hacen feliz a mi oscuro corazón.

P.D. Según la wilki en inglés de DnA, en el apartado de trivia de Miyuki, The Back Horn es su banda favorita. Lo mencionó porque hice mención de ellos en este capítulo.

Unbalance

La olla caliente hervía sobrada de vegetales y carne, esperando a que los comensales decidieran servirse y adquirir un poco de calor durante aquella tarde fría de febrero.

El pequeño bowl que le fue entregado seguía medio lleno con apenas caldo y algunos acompañamientos. El de sus acompañantes rebosaba gracias al evidente apetito que tenían.

Los escuchaba hablar sobre la noche anterior. Habían tenido una competencia en el karaoke donde Kishō barrió con ellos. Hubo una escala en un puesto ambulante de ramen y una reta de juegos de mesa. Una salida sana donde todos se divirtieron y comieron abundantemente.

Sora estaba sentada a su costado, alternando entre comer y hablar sobre su festejo nocturno. Sonreía y reía esporádicamente con una naturalidad contagiosa. Y aquella mirada chispeante dotaba de una mayor beldad al grisáceo de sus ojos.

La Sora seria, inmutable, casi taciturna. La Sora alegre y emocional. Ambas versiones eran como la noche y el día. Ambos lados de su persona le gustaban.

—No seas tímido y sírvete otra porción —habló para su silencioso novio—. No olvides la carne.

—Ah, sí. —Se sirvió un poco más antes de comer con cierta timidez—. Por cierto...

Aprovecharía que el pelirrojo se levantó al baño.

—¿Qué sucede? —Se volteó hacía él, expectante.

—Gracias por el protector de pulgar —Por fin veía cumplido el objetivo que se planteó desde ayer—. No necesitabas gastar tanto... No era necesario, Sora.

—¿Te gustó?

—Sora, eso no es lo...—Ella volvió a preguntar. Él sabía que no avanzaría la conversación si no respondía—. Sí. Me quedó perfecto. Lo usé desde hoy.

Fue testigo de cómo esos labios le regalaban una de las sonrisas más francas y dulces que se hayan originado gracias a él

Se sentía abochornado. Mas se negaba a admitir que se debía a ella y a su bonita sonrisa.

—No sabía qué podría darte considerando que no eres fanático de las cosas dulces y el chocolate tampoco te emociona —hablaba—. Supuse que algo relacionado con el béisbol estaría bien. Aunque con eso también tuve un predicamento...

No podía seguir ignorando que ella siempre pensaba en él y lo que le gustaba. Y ese cuidado se notaba con cada presente que recibió de su parte.

Negar su apoyo y su preocupación era como seguir creyendo que ella solamente le gustaba un poco y que no estaba de acuerdo con su trato especial.

—Como te decía, no es...

Sus labios fueron sellados por su dedo índice. Era una tramposa.

—No me importa gastar dinero en ti, Kazuya —confesó, mirándolo fijamente—. Si te he comprado esas cosas es porque así lo he querido. Nada ni nadie me ha obligado.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora