¡Muy buenas tardes! Ya aparecí para traerles la continuación. Sé que no lo mencioné anteriormente, pero cuando comenzaba la historia mi plan inicial era que la madre de nuestro bello cácher hubiera fallecido, pero entonces conocí a alguien que me dijo que tenerla viva permitiría mucho más drama. Y pues es cierto; por eso cambié ese detallito. Así que espero disfruten de este capítulo en donde conocerán un poco más sobre la vida familiar de Kazuya.
Closer
Agradecía la soledad de su hogar. Nadie cuestionaría sus presurosos pasos hacia la segunda planta. Tampoco indagarían sobre lo que había provocado que sus orejas y mejillas convinieran en el frenético carmesí. Igualmente, no hallaría en sus padres o hermanos un motivo de distracción y olvido; se conformaría con el ruido del televisor y la suavidad del afelpado peluche que estrujaba entre sus brazos.
Sentada en medio de su cama, centró su vista en un programa de espectáculos; un grupo famoso estaría tocando próximamente en el Tokyo Dome. Mas no era suficiente.
Apretó sus ojos. Mordió su labio inferior y se lamentó de que no existiera el hubiera. De poder rebobinar el pasado no se hallaría buscando todo tipo de distractores que disolvieran el colorido cuadro que resguardaba celosamente sus memorias.
—Nunca había visto algo así... ¡Ese no es el punto, Sora! —Se reprendió con firmeza—. ¡El problema real es que...! ¡Es que...! —Apretó sus mejillas y sacudió su cabeza. Quería desaparecer—. Supongo que... Todos deben pasar por eso, ¿no? Es algo natural entre parejas, ¿verdad? Así que...
Su agobiante discurrimiento fue sacudido por el tono de llamada de su celular. Una llamada entrante y el nombre de alguien que no pensó se contactaría con ella por ese medio.
—¿Kazuya? —Agradecía secretamente su intervención sin importar el motivo—. ¿Sucede algo?
—Sí, bueno... —hablar sobre tópicos que no involucraran al beisbol jamás sería su punto fuerte—. Es sobre lo de Mei.
—¿Quieres que me comunique con él y lo regañe por lo que hizo?
Hasta la alentaría para que le diera un potente codazo, mas no se dejaría seducir por su latente deseo de venganza.
—Me encargaré de él después.
—Si no es por Mei que me has llamado, ¿entonces de qué se trata? ¿Algún chico de la cuadra te intimidó y golpeó?
—¿Por qué piensas que alguien ha atentado contra mi integridad física? —Hubo un silencio del otro lado de la línea—. No es sobre eso.
Cayó de espaldas contra su lecho y rodó hacia su izquierda. Liberó su amarillento peluche para atender mejor a lo que él buscaba comunicarla. Pero no hubo más después de que refutó su premisa.
Y si le costaba tanto hablarlo significaba que era muy vergonzoso o muy delicado.
—¿Se trata sobre tu madre? —Sabía que, aunque le restó importancia a ese asunto no se lo había logrado sacar de la cabeza; ni siquiera porque estuvieron lejos de Tokio—. ¿Ya se reunieron?
—No.
—¿Lo harán pronto?
—Mañana por la tarde.
Miyuki agradecía su interrogatorio porque facilitaba la entrega de su mensaje. Sora no comprendía si solamente quería compartir su predicamento o escondía un mensaje entre líneas que no descifraba.
—¿Quieres que te ayude a practicar lo que le dirás para que el castigo sea más llevadero? —Sabía que si bien no pasó nada entre ellos el que durmieran en la misma habitación ya encendía los focos de alarma—. Habrá que hablar con la verdad, pero un poco maquillada.
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Sweet Temptation
FanficÉl representaba en más de un sentido a los demonios que inútilmente había intentado sumir en lo más profundo de su pasado. Ella no era más que una extraña que le desconcertaba y le hacía percatarse de que incluso el lobo más solitario puede disfruta...