¡Muy buenas noches! Sí, ya sé que esta vez me desaparecí más que de costumbre, pero es que se me atravesó otro juego de gacha que consumió mi tiempo, mi dinero y mi alma... En fin, disfruten del capítulo y no me odien demasiado jeje. ¡Nos leemos después! ¡Y gracia por sus votos!
Tension
Parada frente a la puerta del cuarto de lavandería escuchó una risilla burlona. La conocía perfectamente porque la había escuchado durante varios años. Pertenecía al descarado cácher que reclutó desde hace casi seis años atrás. Quien permanecía sentado sobre el suelo con un cuenco de cerámica sobre sus piernas y una cuchara en su mano derecha.
Miyuki dejó de reír. Había elegido la lavandería porque a esa hora no encontraría a nadie ahí por lo que podría ejecutar su pequeña diablura sin ser descubierto. No obstante, no consideró que aquella mujer lo atraparía infraganti.
-Veo que ya te encuentras mucho mejor de salud -comentaba cruzándose de brazos-. Y has recuperado el apetito.
La astuta mirada de Rei le decía que ni intentara engañarla, que se ahorrara la creación de un plan remotamente creíble.
-Estoy completamente recompuesto. Así que pensé en unirme a la práctica después del desayuno -expresó una vez colocó el cuenco en el suelo-. Según mis cálculos restan unos quince minutos antes de que todos lleguen al comedor.
Minutos que aprovecharía para regresar el cuenco vacío al comedor sin ser descubierto. De ese modo nadie sospecharía que fue él quien se comió las gachas de arroz que su novia trajo específicamente para él. Además, no debía existir problema con hacerlo, porque técnicamente le pertenecían desde el inicio.
-Seguramente no tendrás apetito después de lo que te has comido. -Sonrió astuta-. Y bien, ¿estuvo a tu altura?
Era alguien exigente para la comida. Nada que entrara a su boca se salvaba de recibir una crítica suya.
-Las gachas de arroz son sencillas de cocinar. No requieren de grandes habilidades -criticó-. Han estado comestibles.
-Igualmente agradécele a la persona que se tomó las molestias de cocinarte. Incluso si no te ha gustado su sazón.
-Lo haré.
-Tampoco menciones que su comida te ha parecido desabrida. Eso sería demasiado grosero de tu parte. La harías sentir mal.
-¿Por qué piensas que le diré algo como eso? -preguntó un tanto ofendido.
-No directamente. Pero quizás sí a través de alguna broma de mal gusto.
Kazuya no podía negar que sus bromas ocasionalmente no eran del gusto de todos. Sin embargo, eso no era motivo suficiente para insinuar que él se atrevería a soltarle comentarios tan hirientes a la persona que lo cuidó y cocinó para él. De hecho, le estaba genuinamente agradecido.
-Ve de una vez antes de que se te haga tarde -recomendó Rei con una suave sonrisa. Notó la mueca de desagrado que hizo cuando lo tachó indirectamente de ser un cretino insensible-. Y sé más honesto contigo mismo, Miyuki-kun.
**
Kazuya comía tranquilo y silenciosamente, ajeno al parloteo cotidiano de la hora del desayuno. Permanecer en esa postura lo mantendría fuera del listado de sospechosos que crearon ese grupo de beisbolistas cuando encontraron el cuenco vacío que comerían tras terminar el entrenamiento.
Las cocineras estuvieron tan ocupadas que nunca miraron hacia las mesas. Y Rei no iba a contarles nada. Estaba a salvo.
-Maldición, ¿quién se lo habrá zampado todo? -Kuramochi chasqueó la boca-. ¿Seguro que no fuiste tú, Sawamura?

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Sweet Temptation
FanfictionÉl representaba en más de un sentido a los demonios que inútilmente había intentado sumir en lo más profundo de su pasado. Ella no era más que una extraña que le desconcertaba y le hacía percatarse de que incluso el lobo más solitario puede disfruta...