Capítulo 35

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¡Muy buenas noches! Hoy regresé antes que la última vez, mas no se acostumbren. Sólo gocen el bug y disfruten de este capítulo que tiene de todo un poco.

Irony

Los altos rascacielos y el creciente afluente de personas fue dejado atrás. El naranja y el amarillo se atenuaban, desapareciendo suavemente del amplio cielo.

El trayecto de regreso a la estación fue tranquilo, plagado de conversaciones superficiales que llevaron a los cuatro a relajarse, a olvidarse de los pequeños tropiezos que experimentaron durante el transcurso de la cita doble.

Se detuvieron afuera de una tienda de conveniencia. Sora y Annaisha estaban un poco sedientas y deseaban comprar unas bebidas antes de dirigirse a la estación del metro.

—Debes aceptar que esta cita ha sido espectacular. —Mei ya había dejado atrás el momento nada masculino que vivió con él. Era alguien que se sobreponía rápidamente.

—Ruega para que Sora no le envíe esa imagen a Kuramochi o estaremos muertos.

Con semejante pieza, Yōichi haría lo impensable. Ya lo de menos sería que Sawamura lo señalara de traidor.

—Es tu novia, haz algo.

—Lo dices como si fuera tan simple.

Si esa chica fuera fácil de convencer ya tendría de regreso la grabación que Mei le hizo. Pero no. Negociar con ella era peor que hacerlo con un tirano.

—Es porque no estás atacando correctamente —aseguraba—. Kazuya, eres su novio, convéncela como es debido.

Hizo silencio. Narumiya chasqueó la lengua, torciendo el entrecejo.

—¿Quieres que te explique cómo hacerlo? —preguntó. Tal vez Miyuki desconocía de esos temas más de lo que se había imaginado.

—¡No!

—En ti queda que esa fotografía no sea compartida en todo Seidō. Porque si eso pasa, llegará hasta Inashiro y entonces mi impecable reputación será ensuciada por tu falta de temple para ver películas de terror.

—Te recuerdo que fuiste tú el que me abrazó. No yo. —Iba a defenderse de semejante difamación.

—Oye, ¿no crees que ya se demoraron bastante? Digo, no había muchos clientes. —Más de quince minutos para seleccionar y pagar un producto era mucho tiempo desde su perspectiva.

—Tal vez no se deciden qué bebida comprar o decidieron llevar otras cosas. —Kazuya no era tan alarmista.

—¡Idiota! ¡Mira! ¡No se están entreteniendo con las compras, sino que esos tontos están amedrentándolas! —Sujetó el rostro de Miyuki con ambas manos, girándolo hacia el interior del combini para que entendiera la severidad de la situación—. Tenemos que ir a salvarlas.

—Créeme. Los únicos que necesitarán protección van a ser esos dos. —Sabía muy bien que su novia lo único que tenía de frágil era su apariencia.

Sin embargo, Narumiya ignoró sus palabras y entró a la tienda, llevándoselo a rastras.

—¿Por qué no se van y las dejan en paz? Es obvio que ellas no desean hablar con ninguno de ustedes dos.

Mei tenía demasiadas agallas. No se dejaba intimidar por la diferencia numérica. Él iba a defender a Harada.

—Oh, ¿qué es lo que tenemos aquí? —El más alto y de peinado afro postró su atención en quien les hablaba con demasiada desfachatez—. ¿Quién dejó salir de casa al pequeño de secundaria?

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora