Capítulo 32

226 22 138
                                    

¡Buenas madrugadas gente! Sé que no son horas para actualizar, pero pues apenas terminé de escribirlo y medio editarlo. Así que disfruten leyendo.

**Capítulo con dedicatoria especial a Nayla Kei que ha tenido una semana difícil, pero que siempre está dispuesta a leer mis divagaciones con Kazuya. Ya vete a dormir y deja esto para horas más decentes**

Sweet Impression

Miyuki suspiró, lamentándose por ceder ante la presión de Mei.

—Ya tardó...—Sentado en la solitaria sala, aguardaba por quien también terminó siendo arrastrada a aquella cita doble.

Él sabía de antemano que las mujeres se tomaban su tiempo para lucir presentables cuando salían en una cita. No obstante, no consideraba que ella pudiera ser englobada totalmente dentro del género femenino.

Cansado de esperar, se levantó. Y antes de pisar el primer escalón hacia la segunda planta, la encontró.

—¿No me digas que ya te estabas impacientando? Yo misma te dije que iba a demorar un poco.

—Es que estabas demorando demasiado. —Esa había sido su percepción.

Los ojos del cácher pasaron por la blusa holgada alba de tirantes al short vino que llegaba hasta la mitad de sus muslos. Portaba oscuras y altas calcetas hasta las rodillas que combinaban con sus botines café pardo de tacón delgado y alto. Por encima llevaba una gabardina rosa pálido que la cubriría del frío otoñal.

—Había escuchado que tenías un gusto extravagante a la hora de vestir, mas no imaginé que fuera verdad —comentaba, colocándose el arete de oro rosa en forma de flor en su lóbulo derecho—. Ya estamos casi sobre la hora, por lo que tendremos que tomar un taxi. —Colgó su azabache bolso en su hombro izquierdo como señal de que estaba lista para abandonar la casa.

—Ah...

Kazuya necesitaba que alguien lo pellizcara para que se diera cuenta de que el atuendo de aquel domingo no había sido una coincidencia. Esa mujer podía ser todo menos escasamente femenina a la hora de portar ropa civil.

—La verdad me sorprende que hayas aceptado salir. Supongo que es normal porque se trata de Narumiya-kun.

—Sí, algo por el estilo.

No era la primera vez que admiraba la figura femenina, pero era extraño hacerlo con ella. Porque, aunque eran novios, era Yūki Sora de quien se había quedado abstraído momentáneamente.

«Aceptaré que sabe combinar muy bien las prendas de ropa que posee».

—¿Por qué razón te has quedado tan callado?

—Por nada en particular.

—Entonces, vámonos.

Incluso cuando tomaron un taxi para llegar a tiempo, aquel viejo amigo de Miyuki ya se encontraba esperando por ellos con un semblante impaciente. ¿No sabían lo que era la puntualidad? ¿Creen que tenían derecho de hacerlo esperar?

—Kazuya, ¿qué crees que estás haciendo?

—¿De qué hablas? Si es justamente la una. —Señaló al redondo y grande reloj que estaba incrustado en la entrada de la estación en la que convinieron reunirse.

—¡No me refiero a es! ¿Cómo puedes salir a la calle vestido de ese modo? ¡Y más cuando ella viene tan bien vestida! —El rostro de Mei era de horror ante lo que sus ojos veían.

¿Dónde estaba la policía de la moda cuando se la necesitaba?

El cácher usaba una playera blanca tres cuartos de manga negra, un short café claro hasta las rodillas y unas zapatillas deportivas violetas con naranja. Y aunque se le veía cómodo y deportivo, definitivamente los conocedores de la alta costura y la moda no aprobaría semejante aberración.

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora