Capítulo 12

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¡Bonita madrugada a todas! Hoy me armé de valor y abrí el documento de S.T. y le di rienda a mi limitada imaginación. Y esto fue lo que salió. Espero sea de su agrado. Y sin más, nos leemos en la siguiente actualización.

Sign

Para su hora de receso había optado por estirar un poco las piernas y deambular por los jardines escolares para distraerse y olvidarse de sus clases. Y como no tenía apetito se bastaba con el jugo que llevaba.

—No ha querido darme su número de teléfono...—Chasqueó la lengua y arrojó la caja vacía al bote de basura—. Sora puede ser tan terca.

Avanzó hasta la parte trasera de los salones de primer año. Allí era un buen sitio para pasar el rato y no ser visto por los alumnos o algún profesor. Y no había sido el único que pensó así.

—Es...—Se quedó de pie, observando la escena. Conocía de antemano esa clase de comportamiento y lo que sucedería en cuanto esa chica quisiera escapar—. Será mejor que vayan a molestar a otra parte —habló con hostilidad para ese grupito.

—¿Y quién se supone que eres para meterte en nuestra conversación?

—Acaba con él, Onitsuka —agregaba el más bajito tras una risotada.

—¿No es Kuramochi Yōichi de segundo año? —Uno parecía conocerlo.

—Ciertamente —afirmaba un cuarto.

—¿No creen que es bajo asediar a una chica como lo están haciendo?

Tenía su historial y no iba a intimidarse solamente porque lo superaban en número. Sabía pelear, mucho mejor de lo que esos sujetos podían imaginarse.

—Es el amigo de Sora...—musitaba Miu.

—Continuaremos contigo cuando acabemos con este bocón.

—Oh, se ven muy seguros de sí mismos.

La sonrisa de Kuramochi auguraba su victoria. Inclusive cuando ni siquiera se había puesto a medir su fuerza contra ellos. Y eso los irritó.

No únicamente era buen beisbolista, sino también era capaz de destacar en otros ámbitos. Tales como encuentros cuerpo a cuerpo. Que por algo había sido catalogado como un chico problemático en su escuela secundaria.

—Más habladores no pudieron ser.

No se había ni esforzado. Al menos algo positivo surgió de usar a Sawamura de saco de boxeo todos los días.

—I-increíble... ¡Les has dado a todos! —Hayami estaba asombrada. No se esperaba que el chico supiera defenderse.

—No deberías acompañar a sujetos como estos a sitios tan apartados.

No era un regaño como tal, pero Miu lo sintió así.

—No vine por voluntad propia, que lo sepas —aclaró—. Y cuando me di cuenta ya no pude escapar.

—Pues sé más cuidadosa.

—Apenas y te conozco y ya me andas regañando —objetó.

—Soy Kuramochi Yōichi. —Se presentó nuevamente por si no recordaba su nombre.

—Ya lo sé. Sora me ha hablado de ti. —Tampoco tenía tan mala memoria para no recordarlo—. Por cierto, muchas gracias.

—Descuida. —Le restó importancia a su acto—. ¿No deberías estar desayunando con ella?

—¿Te refieres a Sora? —Él asintió—. Se ha ido a desayunar con Tetsuya.

—No me sorprende.

—Por cierto, ¿quieres que intercambiemos números telefónicos?

Sweet TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora