Buenas noches gente. Como casi es viernes, pues toca traer un poco de diversión y drama a sus vidas. Y si no lo necesitan, pues tocará aguantarse porque es de lo que viene cargado este capítulo. ¡Nos leemos la próxima!
Starry Sky
El camino de regreso a Inashiro comenzó tranquilo; Anna ya conocía bien la ruta que había de tomar y, al igual que Mei, no le molestaba el tiempo de espera para que el tren pasara en la estación. De cualquier forma, se encontraban juntos y con las manos asidas.
—Yūki-kun es una buena chica, me agrada mucho —mencionó Anna—. Espero que Miyuki-kun no la lastime en un futuro; ella lo aprecia de una forma especial.
Mei lo pensó unos segundos. Por algún motivo que no entendía, Kazuya tenía ese efecto en las mujeres con las cuales salía. No sabía si se trata de su físico o sus habilidades en el béisbol, pero todas ellas terminaban atadas al cácher de un modo casi enfermizo; al menos, parecía que Sora era un poco más inteligente que las demás.
—Yo no me preocuparía por eso: Sora sabe defenderse muy bien.
Anna sonrió.
—Eso es cierto. Su estilo es mucho más estilizado que el mío, sabe protegerse mejor que yo.
En ese momento, el metro arribó frente a ellos y Anna entró al vagón, sin comentario alguno. Narumiya la siguió, con algunas palabras de Kazuya en su mente. Anna sonreía, tranquila y ajena a lo que le revelaron a su novio esa noche.
Y es que ella sabía lo mucho que le molestaba a Mei que Seiya la siguiera como mosca.
—Anna, dime algo —pidió. La muchacha lo miró con la misma dulzura que siempre.
—Por supuesto, lo que quieras.
—Kazuya me dijo que anoche te acompañó Kimura. ¿Eso es cierto?
La receptora asintió un par de veces.
—No quería ir sola a un lugar que desconocía, y Seiya sabe en qué momento intervenir para evitar que me haga mucho daño.
Mei hizo una mueca de molestia y se cruzó de brazos.
—Por supuesto. Supongo que con «intervenir» te refieres a abrazarte mientras Sora y su pandillero amigo golpeaban a esos otros sujetos —musitó sin siquiera disimular su coraje.
Anna, quien estaba recargada en uno de los tubos para sostenerse, lo miró con asombro. ¿En serio iba a encelarse por eso?
—Mei, me golpearon en el estómago; apenas podía sostenerme. Fue un alivio que Seiya estuviera ahí, deberías estar agradecido —dijo entre un suspiro de agotamiento.
—¿Agradecido con el sujeto que evidentemente quería aprovecharse de la situación? Además, me dijiste que fuiste sola. —Le reclamó con la barbilla alzada.
—No, lo que yo te dije fue que Yūki-kun y Rokujō-kun se encargaron de esos cobardes mientras yo me recuperaba —corrigió ella un tanto molesta—. Seiya no intervino en la pelea...
—Claro que no, estaba ocupado abrazándote.
Mientras el tren llegaba a la estación de su destino, se presentó un silencio alargado e incómodo. Anna esperaba a que Mei se retractara, mas el orgulloso pitcher no daría su brazo a torcer. Confiaba en sus palabras, como siempre.
Las puertas del metro volvieron a abrirse y la pareja bajó al andén. La muchacha caminaba apenas unos pasos por delante de su pareja, como si exigiera que le respondiera.
—¿Acaso habrías preferido que fuera sola a un lugar así de peligroso? —cuestionó ella sin detenerse.
—Habría preferido que fueras con alguien más. Alguien de mi confianza.

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Sweet Temptation
FanfictionÉl representaba en más de un sentido a los demonios que inútilmente había intentado sumir en lo más profundo de su pasado. Ella no era más que una extraña que le desconcertaba y le hacía percatarse de que incluso el lobo más solitario puede disfruta...