Capitulo X

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Solté un grito de frustración e hice volar la prenda que tenía en las manos.

—¿¡Por qué tenía que ser mujer!? —grité con toda la furia del mundo.

Todavía estaba en toalla revolviendo todo mi armario para descubrir que me pondría para la cena.

Abrí el tercer cajón que solo lo abro cuando la desesperación me ganaba y...

Y encontré mi jersey holgado favorito.

Juro que podría haber llorado de felicidad.

Me puse el jersey con un jean negro ajustado y el pelo lo dejé suelto. Tomé los borcegos y me los coloqué mientras me lavaba los dientes.

Qué mala costumbre hacer dos cosas a la vez.

Terminé de hacer las cosas en el baño y bajé las escaleras con solo el celular.

Es en la casa de al lado, no necesito nada más que el móvil si necesito distracción.

Bajé las escaleras mientras escuchaba a mi madre apurándome.

—Listo, listo. Estoy lista —anuncié a la vez que salía por la puerta ya abierta.

—Es increíble lo que tardas en prepararte —regañó ya en camino hacia la casa de los chicos con mi padre y mi hermana.

—Comparado con otras ocasiones hiciste bastante rápido —agregó mi hermana y yo sonreí, ya que tenía toda la razón.

Llegamos a la puerta y mi madre tocó la puerta. Unos segundos después apareció Mara.

—¡Hey! Buenas noches, familia —saludó mientras nos invitaba a entrar.

—Hola, Mara —correspondió mi papá con un choque de mejillas.

—Buenas noches, Mara. —Le mostré una sonrisa a la vez que la saludaba.

—Hola, Elizabeth ¿Todo bien? —me preguntó de vuelta.

—Bien, ¿y tú?

—Bien —contesté para que luego cerrase la puerta y caminar por el pasillo.

—Axel está haciendo lasaña, ¿Tienen algún problema con eso? —cuestionó mientras llegábamos a la cocina donde estaba todo ubicado para que los adultos estén en la barra y los jóvenes en la sala de estar.

—No, no. Perfecto. Solo que somos de buen comer —aclara mi papá bromeando.

—Entonces nos entendemos —comentó Axel escuchando la charla cuando llegamos a la puerta.

Estaba él con un delantal de cocina, Luz apoyada en la mesada con una copa de vino y Mikeila al lado de ella sentada en la misma mesada.

—Buenas noches —saludó la última con una sonrisa.

—¡Hola! Buenas noches —saludé primero con choques de mejillas a todos y mi familia iba detrás.

—Bienvenidos —nos recibió Luz mientras dejaba la copa de vino y saludaba.

Terminamos de saludarnos y vi como mis papás se acomodaban en la barra.

Había mucho contraste entre mis padres y los de los hermanos. Mientras los otros eran cada uno completamente contrario al otro, se veía la comodidad con la que se manejaban y el cariño que se trataban, mis padres eran solo dos que podían hacerse pasar por hermanos o primos si no estuviesen casados.

Me quedé pensando y pronto Mikeila se percató que me había quedado al lado de mis padres cuando mi hermana ya había salido corriendo con los más chicos, Liam y Levi.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora