Inefable

Capitulo XXX

Me espabilé poco a poco, notando un peso en mi estómago.

Abrí un poco los ojos para ver a Lis dormido sobre mi abdomen y sus brazos rodeando mi cadera.

Morí de ternura.

Dejé caer mi cabeza hacia atrás, notando que solo estaba Lucas viendo algo en la notebook que tenía en su regazo.

Cuando se percató que estaba despierta, se quitó los auriculares y me sonrió.

—Buen día, hermosa —saludó Lucas bajo para no despertar a Lis y yo le devolví la sonrisa.

—Buen día, hermoso —murmuré con la voz ronca por recién despertarme.

—¿Dormiste bien, cariño?

En cuanto me di cuenta del apodo, quise chillar. Pero para no despertar a Lis preferí solo sonreír nerviosa y sonrojarme.

—Muy bien, ¿Y tú? —pregunté cuando bajé de la nube y él se vio divertido.

—Contigo de maravilla —contestó.

Le pregunté que estaba viendo y me ofreció los auriculares. Tiempo después estábamos viendo ambos la película desde su laptop.

Cuando terminó, me estiré y noté que Lis estaba despierto, pero disfrutaba tanto de mis masajes en su cabello que no se movía.

—Hola, precioso —le susurré cuando estuve segura de que estaba despierto.

—Buen día, muñeca —murmuró con voz ronca y se volvió a esconder en mi estómago bajo las mantas —. ¿Qué hora es?

Miré a Lucas, preguntando indirectamente lo mismo. Él corroboró en su laptop antes de responder.

—Las diez de la mañana.

—¿Luis? —le pregunté lo que estaba pensando desde que me desperté.

—Se despertó más temprano y se fue a hacer un trabajo para la escuela. Se debe haber quedado dormido —respondió Lucas y yo asentí.

Sentí como Lis acariciaba mi muslo y yo perdí totalmente el hilo de la charla anterior.

Estos chicos no me pueden desestabilizar tanto.

Miré a Lis tan fijamente que se giró a devolverme la mirada con una mueca divertida.

El capullo estaba disfrutando de mi nerviosismo.

Igual no me molesta para nada. De hecho, si quiere puede subir hasta...

Basta.

Junté las piernas cuando se me vino un pensamiento de él y yo con escasez de ropa y respiraciones aceleradas. Él se dio cuenta de mi cambio al parecer porque sonrió aún más grande y subió su mano hasta mi cuello y bajándola hasta pasar mi ingle.

Yo lo miré deseosa, pero su mirada divertida me daba un spoiler de lo que quería hacer conmigo: tentarme, nada de tocar.

Dejé caer la cabeza hacia atrás de frustración y cuando pensé que iba a retirar la mano, sentí una uña pasar por arriba de mi pezón.

Cerré los ojos por la repentina satisfacción y cuando los abrí y miré hacia el techo, me encontré a Lucas —que seguía sentado a mi lado— mordiéndose el labio con la mirada oscura.

No pude seguir detallándolo cuando Lis pasó nuevamente su uña por mi pezón y los logró erizar, transparentándose por mi pijama.

Jadeó cuando los vio y de repente sentí como se incorporaba de mi estómago para dejar un beso en cada uno.